miércoles, 14 de octubre de 2009

NOSTALGIAS DEL PASADO

"Cuántas cosas dejan huella,
cuántas cosas se recuerdan,
cuántas brillan en el tiempo aunque no están..."
(P.Guerra)


Pasó a la historia un fin de semana esperado y especial, muy especial; días de reencuentros que hacen plantearme el presente. Días de luz, de risas desde el corazón, de paseos unamunianos por el Tormes...han despertado los más felices recuerdos de un pasado cada vez más lejano en el tiempo, llenando de melancolía el aire que respiro.

Salamanca, no sabía que te echaba tantísimo de menos. Abrir la ventana al despertar y encontrarme con tu soberana plaza, ese lugar de solemne pulcritud, de encuentros bajo el reloj, canciones a Hernán Cortés, helados bajo el sol, abrazos para siempre...

No puedo describirlo pero sentí que algo me rozaba la piel suavemente, algo que hizo detenerse el tiempo por un instante, conduciendo el sueño hacia la realidad; había vuelto, allí estaba y nada había cambiado. Todo seguía igual. Por un momento, pensé que nada había sucedido, creí que entonces seguía siendo mi ahora, que entonces nunca había dejado de ser mi mañana. La misma brisa, el mismo olor, ese cielo tan lleno de vida que me levantaba contra viento y marea . Todo seguía allí, me veía recorriendo la ciudad como tantas veces camino de la facultad. El mismo suelo, exactamente la misma piedra, la misma sobriedad. El silencio, lejos del mundanal ruido, seguía impregnando de paz la historia de sus calles, tan frías a mi paso, tan profundas al del pensamiento. La misma música de aquellos días resonaba dentro de mí, la oía a lo lejos; muy lentamente me iba estremeciendo, acelerando su melodía los latidos del corazón. Allí estaba, nada había cambiado. Yo, la misma de entonces, volvía la mirada hacia el pasado, reviviendo aquellas emociones de aquel viaje que hice con burbujas en el aire. Otra vez sobre los pasos de aquel tiempo, regresan a mí los dos mil recuerdos donde guardo la ilusión. Y me lo creí, apenas por un instante estuve allí...

Pero, de repente, aquella ya no era yo. Ni aquella era la misma ciudad. Todo había cambiado, nada era como entonces. La calle cambió su trayecto y no vuelve, mientras yo camino deprisa, y ni busco ni encuentro, ni paso ni quiero, ni tengo ni doy... Perdí la señal, los horarios, los trenes; nostalgia es el verbo que piensa en tu olor y te echo de menos,tanto de menos, que siento el espacio vacío de mi corazón.

Fue una ráfaga en la oscuridad. Volví , pero allí , de entonces, no queda ya nada; el tiempo nos borró.


PUNTO Y APARTE.




Nunca podré dejar de echarte de menos, aunque ya no me recuerdes.


CUÁNTAS COSAS BRILLAN EN EL TIEMPO, AUNQUE NO ESTÁN...

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