jueves, 31 de diciembre de 2009
2010
BIENVENIDOS AL 2010!!!!!!
Y hemos llegado al 2010, casi no puedo creerlo. Es curioso ver cómo pasa el tiempo ante tus ojos y ser consciente de que el año 1982 está más lejos que 2035, si bien esto último más que parecerme curioso, me da algo de fobia.
Cuando era niña, no hace demasiado tiempo, veía los 2000 muy pero que muy lejos, como si jamás fuera a arrancar la página del mes de diciembre de un calendario que marcara ese nuevo milenio. Y ya lo estamos haciendo desde hace 10 años, qué increíble, ¿no? Eran los 80 y 90, la época en que el cine nos regalaba Regreso al futuro y películas del estilo, que me proporcionaban una imagen bastante fantasiosa de los 2000: coches volantes, vacaciones en Marte, amas de casa robots haciendo la colada...nada de verdad hay en todas esas historias con que la ciencia-ficción nos enseñaba cómo iba a ser el futuro.
Pero, realmente, los 2000 nos han cambiado la vida, si no estáis convencidos preguntadle a vuestros mayores...hace pocos días conversaba con mi abuela, de 94 años, acerca de las novedades del nuevo siglo y, por un momento, me pareció que yo era la adulta y ella, la niña pequeña, hipnotizada por los hallazgos de la postmodernidad, al hablarme con la ilusión de alguien que no puede creer en algo absolutamente alejado de los patrones que configuran su realidad más inmediata. ¿Cómo podría ella imaginar, que, después de la televisión, la radio,el teléfono, la lavadora, etc., iba el ser humano a comunicarse, no ya por teléfonos móviles sin cable, sino por medio de un ordenador con cámara web incorporada? Su cara de asombro es la clara afirmación de que los tiempos avanzan a una velocidad estrepitosa. Quién sabe si en 2050 podremos veranear por el espacio...de momento, ya es algo normal que la gente se enamore por internet, que los libros, incluso los de autores griegos y latinos, tengán ya su versión digital; o que podamos leer el periódico virtualmente. ¿Quién se iba a imaginar que youtube sería el rey del mambo y que facebook sería el rincón donde comentaríamos las fotos que antes nos enseñábamos en la cafetería?. Es verdad que estamos ante una nueva era, la del 2000.
¿Alguien recuerda aquella historia de que en el 2000 se iba a acabar el mundo? Yo me acuerdo de la Nochevieja de 1999, todo el mundo hablaba de aquel día como si de verdad fuera a ser el último. Yo y mi imaginación llegamos a lugares insospechados pensando en aquello, en qué haría cuando, al comer la última uva, el mundo entero entrase en un verdadero estado de caos y confusión. Aunque no creía en esa profecía, me entusiasmaba perderme en los múltiples y más recónditos parajes de la fantasía y recorrerlos de punta a punta, soñando mil historias a cuál más descabellada...No sucedió nada pero, al mismo tiempo,puedo decir que ocurrió todo. La frontera de los 2000 me sorprendió con la continuación de la vida, mi vida. En el 2000 cumplí 18 años, me fui de casa, empecé la universidad, la aventura de vivir...realmente mi vida, considerada como algo propio-mío-, empezó en el 2000. Y ya estamos en 2010. Han pasado diez maravillosos años llenos de vivencias, que ahora son recuerdos buenos o malos, pero tan importantes...
En fin, si me estás leyendo, tú sabes cómo has llegado a mi vida... Tal vez seas de esas personas que, desde que tengo uso de razón, estás ahí y formas parte de mi familia, con quien he compartido momentos clave desde la infancia, con quien he crecido, con quien he aprendido lo que significa tener un amigo para lo bueno y lo malo, con quien he reído y llorado. Yo también te aprecio y no concibo la vida sin tu presencia, porque después de tanto tiempo soy un poco yo y un poco tú también. Gracias por tantos años de amistad.
A lo mejor te conozco menos tiempo, llegaste a mí cuando era más mayor, pero, igualmente, haces mi vida un poco más fácil y si no estuvieras en ella, todo sería más triste. Puede que compartiéramos gustos, impresiones, que pasáramos el tiempo hablando de Séneca, leyendo y traduciendo a los clásicos o preguntándonos por qué nos gustaban ciertas cosas que otros desconocían por completo y de las que no querían saber nada. Paseábamos por Valencia cuestionándonos qué nos depararía el futuro, oyendo a Los Secretos y tarareando las canciones de los Beatles, conociendo gente de todas partes creyendo que nos íbamos a comer el mundo. A lo mejor llegaste de otro país y me enseñaste otra forma de ver la vida y te quedaste en mí para siempre, siendo un punto de referencia al que volver una y otra vez. Tú también formas parte de mi ayer, pero, ante todo, de mi mañana. Gracias.
Quizá no nos conocimos hasta el 2003. En Salamanca tuve que aprender a hacerme una segunda familia porque la mía estaba muy lejos. Pero hoy en día eres mi familia, la única que tengo. Fue una etapa dura pero sobreviví a fuerza de voluntad y constancia y de amigos como tú. Tantos recuerdos en el corazón me hacen olvidar el frío que pasé durante aquellos maravillosos años. Celebramos unas cuantas nocheviejas universitarias en la Plaza Mayor, uno de los lugares más especiales para mí, que siempre recuerdo con nostalgia porque bajo el reloj hemos quedado tantísimas veces, te acuerdas???Las fiestas de disfraces siempre han sido mis preferidas, ser por una noche todo lo que no eres en la realidad, ¡qué maravilloso es!. Las mejores fiestas son de esta etapa, esas Meninas de Velázquez de espuma y sábanas cosidas a mano superan todo lo que un día pude imaginar. Gracias por hacerlo posible. Sin duda, una ciudad mágica, donde la historia vistió mi propia historia, donde aprendí a amar la música de las letras,que en combinación unas con otras forman la estructura de palabras como LITERATURA, HISPANOAMÉRICA, MÚSICA, ARTE. Gracias por compartirlos conmigo y por seguir a mi lado demostrándome que ni el tiempo ni la distancia destruyen los sentimientos.
Tal vez compartieras conmigo mi época más poética bajo la Alhambra y las luces de La otra sentimentalidad. Granada, tierra soñada, maravillosa ciudad. Fue poco tiempo el que pasé allí pero guardo recuerdos emocionantes. Recuerdo especialmente los días que me pasaba conversando con mis extranjeritos, contagiándome de sus ocurrencias, aprendiendo otros puntos de vista y viajando por el sur de España. Leí mucha poesía ese año, imbuida ya sabéis por quién...sois pocos, pero gente esencial en mi vida, de eso no tengo duda alguna. Gracias.
Puede ser que hasta mi llegada a Madrid no me conocieras. Pero, desde que yo te conozco, sé que mi estancia allí mereció la pena. Un año muy estresante, en que cambió mi carácter durante algún tiempo. Lo pasé mal, fue durísimo. Pero tú estuviste a mi lado y me ayudaste a levantarme cada día. Os conozco poco tiempo pero sé que pocas personas hay en mi vida tan especiales como esos encantadores de sueños, casi duendecillos, que con su sola presencia siento la magia de la niñez. Gracias por esos cuentos improvisados, por esos poemas a lo automático, por esa alegría con la que teñís todo mi universo. Me siento afortunada de poder compartir tantísimas cosas con vosotros y de seguir disfrutándolas. Gracias, filolocos complutenses.
Nunca se puede decir "de este agua no beberé...", lo sé, ya lo sé. Siempre decía que el único lugar de España al que no iría sería La Mancha. Y allí fui a parar, asombroso, ¿verdad?. La etapa de Valdepeñas fue bonita y mi primer año de profesora especial, tan especial como jamás lo hubiera imaginado. En la vida hay momentos decisivos y yo creo que éste, el 2009, lo ha sido. Momentos difíciles, muchos, pero enormemente instructivos. He aprendido a saber valorar los pequeños detalles de cada día, la mano que un desconocido te tiende en momentos desesperantes mientras alguno de los que considerabas amigos no fue capaz ni de llamarte, la belleza de algún paisaje que nunca antes te hubiese atrapado, conversaciones para despertar la conciencia de algún adolescente malcriado y descubrir que tus consejos son bien recibidos y valorados, relacionarte con personas con las que te unen pocas cosas y sorprenderte de que te aporten mucho más de lo que tú te creías...gracias a todos, Valdepeñas, Ciudad Real y Almodóvar, por seguir haciendo que me muerda la lengua antes de hablar. Espero que me acompañéis en los próximos años del 2000.
Puede que hayamos coincidido en alguna ocasión, un viaje, una clase, un concierto, yo qué sé. Gracias por estar allí a la hora y en el lugar indicados. Puede que ya no tengamos relación, pero si estás aquí leyendo esto, podrías hablarme y decírmelo, tal vez podamos retomarla. Lo más bonito de la vida es tener amigos de verdad y saber que lo son, que te pase lo que te pase, siempre están ahí, incondicionales, fieles.
A todos, a cada uno de los que leáis esto, os deseo un feliz año 2010, que lo viváis con ilusión y que cada día, cada hora, cada minuto celebréis la VIDA y la suerte que tenemos de vivirla.
Hagáis lo que hagáis, estéis donde estéis,ocurra lo que ocurra, sabed que sigo aquí y que estaré pensando en vosotros, porque en verdad sois mi única y verdadera patria.
GRACIAS POR FORMAR PARTE DE MÍ Y POR BRINDARME LA OPORTUNIDAD DE ESTAR SIEMPRE A VUESTRO LADO.
Os quiere
ANA
lunes, 21 de diciembre de 2009
Un poema con mi nombre
ANA Y LA LLUVIA
Ana pierde el rumbo en las ventanas,
dando tumbos se hace un hueco
por entre el gris de la ciudad,
y no se da cuenta que los gatos lloran
cuando vuelve a casa sola,
cuando duerme en soledad,
quiero creer que eres fuerte,
que tus ojos aún miran de frente
y tus abrazos son verdad…
Qué puedes hacer,
ten cuidado,que ha llovido
y el suelo está mojado,
y se resbalan tus ojos,
tus manos,la vida y los sueños…
Y las palomas te alborotan el pelo,
qué puedes hacer con tanto dolor…
Ana (las calles se arrodillan cuando pasas),
y se marchita la parada del autobús
que no cogiste ayer,
y no sé qué hacer, o bajarte el cielo,
o cogerte el mundo o traerte un caramelo,
o inventarme las palabras
que nunca podré escribir,
que no valen nada si estas de perfil,
si no estás aquí…
Si no estás aquí, sucederá tal vez
que no habrá nadie
y que no queden rincones para mí…
Si no estás aquí, sucederá al revés,
que entonces tus minutos
sean segundos para mí,
si no estás aquí…
Voy a descifrar cómo se desparrama el tiempo,
a intentar alisar los pliegues de tu cuerpo,
a desenredar los alambres,
a no protestar si tengo hambre,
a comprender que Ana y la lluvia
son complicadas para mí…
a ponerle FIN a este cortometraje,
a deshacer las maletas de este viaje
que empieza contigo y acaba sin ti.
Luis Ramiro
¿A quién no le gusta sentirse el/la protagonista de una canción o un poema?
domingo, 13 de diciembre de 2009
VÉRTIGO
Muchas veces miramos la vida con vértigo-al menos yo lo hago- como si nos diera miedo asomar la cabeza por nuestro interior y nos negáramos a nosotros mismos lo que sentimos por miedo a lo que pueda pasar. Lo mejor sería dejarse llevar y no perder el tiempo pensando si ésto está bien, si lo de más allá está mal; ya lo dijeron dos clásicos como Horacio y Virgilio,"Carpe diem", "Tempus fugit", dos tópicos recurrentes que han vertido ríos de tinta en todas las literaturas a lo largo de la historia y que nos empujan a vivir cada minuto de nuestra existencia como si fuera el último.
Nunca he sido yo muy devota de tales ideas, aunque confieso que me gustaría no rendirle demasiados tributos a la razón. Todo lo razono, o si no, al menos, siempre pesa demasiado en mí la idea del deber. No soy una persona muy pasional, que actúe sin pensar, que me deje llevar por los impulsos más primitivos. Pero creo que también es necesario vivir sin tener constantemente la presión de pensar lo que puede pasar y que casi siempre tiene tintes negativos.
Estoy viviendo ciertas situaciones que me plantean la duda de si debo dejarme llevar sin pensar demasiado, o si, por el contario, controlarme por si el peligro pudiera volverse en mi contra, como otras veces me ha sucedido. No soy la única que, ante esa dialéctica planteada entre cerebro y corazón, inclina la balanza hacia lo que es adecuado, menos arriesgado, y más cuando esa elección puede afectar a otras personas. La verdad es que es un tema complejo. Pero, ¿acaso no es esto la vida, un devenir constante entre dos polos tan opuestos como son la realidad y el deseo?...Con frecuencia es necesario elegir uno u otro camino, pero no los dos cuando son totalmente incompatibles.
De ese modo, volviendo a los tópicos literarios mencionados, me golpea fuertemente el corazón la idea de que el tiempo se desvanece y de que si no aprovechas cada instante, las oportunidades se esfuman y no vuelven jamás. Es justamente ésta la sensación de vértigo de la que hablaba al principio. Ahora creo que me dejaría llevar, que haría mías esas frases tan célebres. Pero lo malo es que pensar en ello también me da vértigo, tanto vértigo que me da miedo tan solo el hecho de imaginar lo que esa elección podría depararme. Es por eso que intento no mirar demasiado, ya que podría caerme. ¿Entonces ya estoy elegiendo cuál es la bifurcación que debo tomar?
No sé,
siga una u otra dirección,
el miedo siempre me circunda.
Vértigo,
un enorme VÉRTIGO,
es lo que siento.
domingo, 29 de noviembre de 2009
Nuevos rumbos de mi pensamiento
Hace tiempo que no dejo constancia de mis vivencias en este pequeño diario,dados los escasos minutos libres en el paso de unos días que se desvanecen a una velocidad frenética. Y es que ya estamos acabando el año otra vez, pese a los fracasados intentos de mi voz cuando le reclama, angustiada, una tregua al tiempo.
Hace apenas unos meses me preguntaba qué iba a ser de mi vida y deseaba que pasaran los días-a mi parecer demasiado lentos- para conocer el que iba a ser mi futuro. Ahora, en cambio, quisiera que parase el tic-tac del reloj y no ver avanzar la manecilla que da cuenta del movimiento de las horas. ¿Por qué todo sucede al revés?.
Hace un año que me encontraba viviendo una de las etapas más felices de mi existencia, aunque todavía entonces no era cosciente de ello. Mi tránsito a la vida profesional puso fin a un año tan intenso como fue el que pasé en Madrid. Me esperaban unos meses muy difíciles-los más difíciles de mi vida, diría yo-pero, sin duda, muy enriquecedores a nivel de realización como ser humano. Ahora los recuerdo con nostalgia, con cariño, porque desde la distancia compruebo lo que me han aportado, fortaleciendo mi espíritu ante situaciones completamente diferentes a las vividas anteriormente y que ahora me sirven de modelo para otras.
Ahora, un año después, he pasado página y me encuentro viviendo un nuevo momento tras ese punto y aparte. Es un momento distinto, tanto por el lugar donde resido como por la gente con la que comparto la mayor parte de los días. No está siendo tan duro, supongo que porque ciertas cosas me resultan ya familiares y no suponen un comienzo tan brusco como el anterior; pero, en parte, no puedo evitar echar de menos todo lo que he tenido que dejar atrás para volver a empezar. Pero así tiene que ser, quiera o no así está siendo y esta vez estoy tratando de vivirlo sin preguntas, simplemente lo paso tratando de que sea de la mejor manera posible, para seguir y seguir creciendo como persona, porque es así como cada día la lucha-mi lucha-se va haciendo más fácil.
Fruto de esa experiencia es la nueva visión de la vida que estoy aprendiendo a marchas forzadas. Ayer allí, hoy aquí y mañana, ¿qué vendrá?-pienso-. No obtengo respuesta, sólo me queda el pensamiento de que éste es mi ahora y tengo que vivirlo sin importarme tanto qué será aquello que habrá de llegar.
Mi mente busca un asidero en que asentarse, cualquiera que, por recóndito que sea, ahuyente lo negativo de mis pensamientos. Y si hago un esfuerzo, aumento el ángulo de visión y miro un poco más profundamente, soy capaz de ver algo más allá de lo que, en un principio y ante un repaso superficial, pueden ofrecerme los sentidos. Ha sido ésta la mayor lección que he recibido en mi vida y ahora me está sirviendo para continuar adelante.Esa es la nueva dirección que estoy siguiendo para no perderme, aunque a veces me parezca ver una densa niebla cercenándome el paso. Pero, poco a poco, la veo disiparse si tengo paciencia.
Cuando me sobrevienen los recuerdos que, pasado el tiempo, considero tan sumamente especiales, me alegro de haberlos vivido y procuro convencerme de que en mi mano está la posibilidad de que un día recuerde este presente y de que me ocurra como ahora con el que ya es mi pasado, que me arrepienta de no haber sabido valorar cada momento lo suficiente en el instante en que tuvo lugar. Los comienzos son duros,es cierto; pero de uno mismo depende sobrellevarlos de la mejor manera. Así pues, en vez de mirar lo que me ocurre como algo que se me impone sin que yo pueda hacer nada por cambiarlo, trato de ser yo la que decide cómo y cómo no vivir esta nueva vida. Y lo tengo claro: cada día he de poner todas mis ganas para que en un futuro pueda alegrarme de haber vivido esta experiencia y la recuerde con tanta ilusión como miles de días que pasaron sin saber que los acabaría echando de menos.
Toda mi vida, en cada lugar que he estado, a pesar de lo malo, siempre he acabado añorándolos y al volver la vista atrás, sólo permanecen aquellos recuerdos que los convierten en lugares maravillosos. Hagamos, pues, que este nuevo momento también lo sea. He aquí mi nueva filosofía.
lunes, 19 de octubre de 2009
Una de Ismael Serrano
Me levanto temprano, moribundo.
Perezoso resucito, bienvenido al mundo.
Con noticias asesinas me tomo el desayuno.
Camino del trabajo, en el metro,
aburrido vigilo las caras de los viajeros,
compañeros en la rutina y en los bostezos.
Y en el asiento de enfrente,
un rostro de repente,
claro, ilumina el vagón.
Esos gestos traen recuerdos
de otros paisajes, otros tiempos,
en los que una suerte mejor me conoció.
No me atrevo a decir nada, no estoy seguro,
aunque esos ojos, sin duda, son los suyos,
más cargados de nostalgia, quizás más oscuros.
Pero creo que eres tú y estás casi igual,
tan hermosa como entonces, quizás más.
Sigues pareciendo la chica más triste de la ciudad.
Cuánto tiempo ha pasado desde los primeros errores,
del interrogante en tu mirada.
La ciudad gritaba y maldecía nuestros nombres,
jóvenes promesas, no, no teníamos nada.
Dejando en los portales los ecos de tus susurros,
buscando cualquier rincón sin luz.
"Agárrate de mi mano, que tengo miedo del futuro",
y detrás de cada huida estabas tú, estabas tú.
En las noches vacías en que regreso solo y malherido,
todavía me arrepiento de haberte arrojado tan lejos de mi cuerpo.
Y ahora que te encuentro, veo que aún arde la llama que encendiste.
Nunca, nunca es tarde para nacer de nuevo, para amarte.
Debo decirte algo
antes de que te bajes de este sucio vagón y quede muerto,
mirarte a los ojos, y tal vez recordarte,
que antes de rendirnos fuimos eternos.
Me levanto decidido y me acerco a ti,
y algo en mi pecho se tensa, se rompe.
"¿Cómo estás? Cuánto tiempo, ¿te acuerdas de mí?"
Y una sonrisa tímida responde:
"Perdone, pero creo que se ha equivocado".
"Disculpe, señorita, me recuerda tanto a una mujer
que conocí hace ya algunos años".
Más viejo y más cansado vuelvo a mi asiento,
aburrido vigilo las caras de los viajeros,
compañeros en la rutina y en los bostezos.
Estaba escuchando esta canción, una que ya había oído mil veces antes, pero hoy es como si la hubiese escuchado por primera vez. Nunca había sentido tan cerca la canción, la historia que cuenta.Tal vez nunca le había prestado la suficiente atención. Y éso que la canto, me la sé... pero es curioso, nunca me había detenido a comprenderla. Será que la música, sus letras, como manifestación lírica que son, necesitan de múltiples lecturas. Las canciones de Ismael Serrano tienen la capacidad de la poesía de la experiencia, que con el tiempo pueden sugerirte emociones nuevas. Y hablan de realidades, de vivencias de la gente de la calle. ¿A quién no le ha sucedido algo de lo que hablan sus historias? Claro que en su voz esas historias son hasta hermosas, pero en la realidad no tanto.
Ha sido bonito redescubrirla y saber lo que quiere decir cada palabra, reconocer su lenguaje, descodificarlo y hacer las inferencias oportunas, como dice la teoría de la relevancia en la pragmática (es que me la he estado estudiando hoy, por si alguien me lee es una teoría de 1986 y se la debemos a Sperber y Wilson). Una cosa es lo que se dice y otra, lo que se comunica. Nunca me había llegado tan hondo la canción, porque nunca había hecho una interpretación correcta de la misma. Ahora, sí. Entiendo perfectamente el mensaje emitido por el emisor, porque no sólo atiendo al texto,a su significado literal; sino que también tengo en cuenta el conjunto de sentimientos, pensamientos y emociones de las que habla el narrador de esta historia, cuyos personajes somos todos los que alguna vez hayamos sentido lo mismo.
Sin duda, para mí Ismael Serrano es otro poeta más de la experiencia, esa tendencia poética llamada "la otra sentimentalidad", tendencia que concibe la lírica como un arte hondamente humano por su capacidad para reflejar las historias que nos suceden a todos.
miércoles, 14 de octubre de 2009
NOSTALGIAS DEL PASADO
cuántas cosas se recuerdan,
cuántas brillan en el tiempo aunque no están..." (P.Guerra)
Pasó a la historia un fin de semana esperado y especial, muy especial; días de reencuentros que hacen plantearme el presente. Días de luz, de risas desde el corazón, de paseos unamunianos por el Tormes...han despertado los más felices recuerdos de un pasado cada vez más lejano en el tiempo, llenando de melancolía el aire que respiro.
Salamanca, no sabía que te echaba tantísimo de menos. Abrir la ventana al despertar y encontrarme con tu soberana plaza, ese lugar de solemne pulcritud, de encuentros bajo el reloj, canciones a Hernán Cortés, helados bajo el sol, abrazos para siempre...
No puedo describirlo pero sentí que algo me rozaba la piel suavemente, algo que hizo detenerse el tiempo por un instante, conduciendo el sueño hacia la realidad; había vuelto, allí estaba y nada había cambiado. Todo seguía igual. Por un momento, pensé que nada había sucedido, creí que entonces seguía siendo mi ahora, que entonces nunca había dejado de ser mi mañana. La misma brisa, el mismo olor, ese cielo tan lleno de vida que me levantaba contra viento y marea . Todo seguía allí, me veía recorriendo la ciudad como tantas veces camino de la facultad. El mismo suelo, exactamente la misma piedra, la misma sobriedad. El silencio, lejos del mundanal ruido, seguía impregnando de paz la historia de sus calles, tan frías a mi paso, tan profundas al del pensamiento. La misma música de aquellos días resonaba dentro de mí, la oía a lo lejos; muy lentamente me iba estremeciendo, acelerando su melodía los latidos del corazón. Allí estaba, nada había cambiado. Yo, la misma de entonces, volvía la mirada hacia el pasado, reviviendo aquellas emociones de aquel viaje que hice con burbujas en el aire. Otra vez sobre los pasos de aquel tiempo, regresan a mí los dos mil recuerdos donde guardo la ilusión. Y me lo creí, apenas por un instante estuve allí...
Pero, de repente, aquella ya no era yo. Ni aquella era la misma ciudad. Todo había cambiado, nada era como entonces. La calle cambió su trayecto y no vuelve, mientras yo camino deprisa, y ni busco ni encuentro, ni paso ni quiero, ni tengo ni doy... Perdí la señal, los horarios, los trenes; nostalgia es el verbo que piensa en tu olor y te echo de menos,tanto de menos, que siento el espacio vacío de mi corazón.
Fue una ráfaga en la oscuridad. Volví , pero allí , de entonces, no queda ya nada; el tiempo nos borró.
PUNTO Y APARTE.
Nunca podré dejar de echarte de menos, aunque ya no me recuerdes.
CUÁNTAS COSAS BRILLAN EN EL TIEMPO, AUNQUE NO ESTÁN...
miércoles, 26 de agosto de 2009
Cualquier día puede no salir el sol...
martes, 25 de agosto de 2009
Se acerca el incierto y temido septiembre...
Habrá que echarle narices.
martes, 11 de agosto de 2009
HASTA QUE MURIÓ DE SED MI CORAZÓN DE ESTRELLAS...
jueves, 6 de agosto de 2009
Mi experiencia en la ciudad que nunca duerme...
La música es otro de los principales atractivos de la ciudad. Cualquiera que se acerque a Brodway, en el iluminadísimo Times Square de la 42 street, podrá disfrutar de los mil musicales más famosos desde el autóctono West Side Story hasta cualquier obra del mítico Disney. Con visitar esta calle, yo creo que cualquiera puede obtener la esencia de la ciudad. De hecho, cuando pienso en Nueva York, tengo esa imagen en la mente.
Otro de los espectáculos que nadie debe perderse es la asistencia a un concierto de Jazz, hay en toda la ciudad bares y salas en que cualquier día del año pueden tener lugar. A mí el gusto por el jazz me viene desde años atrás, pero es cierto que a raíz de conocer la ciudad, me ha sobrevenido una especial pasión por el mismo que espero me haga descubrir muchas cosas que
.
ahora mismo desconozco.
Para ir terminando, animo a todo el que no conozca la ciudad a visitarla, seguro que no le defraudará, aunque, como he dicho antes, no es la ciudad perfecta que nos enseñan las películas. Las diferencias sociales están claramente delimitadas. En los suburbios del metro, en ciertos barrios como El Bronx o Harlem, los rascacielos más típicos de Manhattan dejan paso a otro tipo de edificios más pobres. Pero, igualmente,tienen algo especial, incluso más auténtico que otras partes más turísticas. Eso sí, debo decir que la gente en todas partes es muy amable, siempre dispuestos a ayudarte cuando lo necesitas. Es el gran recuerdo que me llevo de América, al menos de este estado, que finalmente ha logrado soprenderme.
Y si algo me ha gustado especialmente es la gran diversidad cultural de la ciudad. En ninguna parte del mundo en las que he estado, puedo describir tal confluencia de nacionalidades como en Nueva York. Acaso sea este pequeño detalle el que hace de ella uno de los lugares más extraordinarios de la tierra.
No sé si si volveré algún día, pero que no me ha dejado indiferente lo tengo claro.
miércoles, 17 de junio de 2009
¿CÓMO PUEDO YO...?
HOW CAN I TELL YOU???
But I cant think of right words to say
I long to tell you that Im always thinking of you
Im always thinking of you, but my words
Just blow away, just blow away
It always ends up to one thing, honey
And I cant think of right words to say
Wherever I am, girl, Im always walking with you
Im always walking with you, but I look and youre not there
Whoever Im with, Im always, always talking to you
Im always talking to you, and Im sad that
You cant hear, sad that you cant hear
It always ends up to one thing, honey,
When I look and youre not there
I need to know you, need to feel my arms around you
Feel my arms around you, like a sea around a shore
And -- each night and day I pray, in hope
That I might find you, in hope that I might
Find you, because hearts can do no more
It always ends up to one thing honey, still I kneel upon the floor
How can I tell you that I love you, I love you
But I cant think of right words to say
I long to tell you that Im always thinking of you
Im always thinking of you....
It always ends up to one thing honey
And I cant think of right words to say.
Muy bonita canción de Cat Stevens, aunque dice que no sabe las palabras apropiadas, nos las sugiere todas.
A veces, demasiadas veces, se buscan las palabras apropiadas y no las encontramos. Pero, en el fondo, es bonito tratar de hallarlas cuando uno desea expresarle a alguien lo que siente. En cambio, cuando te das cuenta de que no las quieren oír, entonces, no existen las palabras, dejan de tener sentido...sobran. En este caso, la pregunta más bien debería ser: ¿cómo puedo no decirte?, ¿cómo puedo guardarme para mí lo que siento?, ¿cómo puedo dejar de sentirlo?
jueves, 4 de junio de 2009
¿Y ahora qué?
A punto de terminar el primer capítulo de mi recién estrenada nueva vida, vuelven las preguntas, la incertidumbre, en definitiva, el miedo al "¿y ahora qué?", reflexión que se está conviertiendo ya en costumbre.
Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Posidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Posidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.
Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.
Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.
Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.
domingo, 5 de abril de 2009
De lo que esperamos y lo que dejamos pasar...
Los días van y vienen de forma vertiginosa y yo veo pasar el tiempo casi sin darme cuenta del sabor de la vida. Cada día caminamos con la ilusión de que algo diferente nos aguarda en el camino, pero esperando a que llegue,muchas veces la vida puede sorprenderte en cualquier rincón, en un paisaje, en un libro, en una canción...circustancias en las que no percibimos los momentos de felicidad que vivimos.
Con frecuencia confundimos la felicidad con alcanzar aquellos estados que el ser humano se ha fijado como vitales, tales como la estabilidad profesional o sentimental, y centrados en conseguir el amor de la persona a la que se ama, el trabajo de tus sueños o la casa de tu vida, etc., nos olvidamos de aquellos pequeños instantes que, como las estrellas fugaces, pasan volando y ni te das cuenta de que se desvanecen allí donde no puedes llegar. Y es así, si no estás atento, simplemente pasan inadvertidos,inexistentes.
Ésta es una reflexión que no hago ahora,que no estoy haciendo esta noche, sino que siempre la tengo en el pensamiento y que a menudo me atraviesa por dentro hasta hacerme daño. Pero a veces, muchas veces, aun siendo consciente de esa pérdida, no miro más allá de todo lo que sueño con llegar a hacer y que sé que está por venir,esperándolo con excesiva impaciencia sin valorar aquellas otras cosas que están ahí, alcanzables, cotidianas, pero-si las observamos detenidamente- tan tan vivas y llenas de color. Yo sé que me pierdo en la ansiada búsqueda de felicidad que el hombre se ha inventado para creer en ese mañana mejor, ese lugar en que no hay espacio para la tristeza y el sufrimiento... Pero no es verdad,esa isla en medio del mar no es real,no existe; no arribamos a ella después de un tiempo luchando para vivirla. La felicidad está en todas partes, viva, respirando en cada gesto,rezumando en cada palabra, y maldita sea, no sé por qué no la vemos u oímos...pero está ahí cada día esperando a que advirtamos su presencia. Cuántas veces he creído habitar en el lado contrario, el de la infelicidad, llorando porque no me han querido como yo a otros, lamentando no haber alcanzado la meta que me propuse,o bien, despreciando todo lo que no pasa como yo hubiera querido. Si algo he aprendido últimamente es a no esperar y esperar el mañana, a no soñar con mares cuyas aguas no hallo en ningún mapa, a no vivir pendiente, cual Penélope, del regreso de un amor perdido...a no temer que se derrumbe el mundo cuando el destino se me ponga en contra. Así he aprendido a ser feliz, no esperando nada del más allá y arrancando de cualquier rincón la luz con la que poder iluminar la oscuridad que nos hace perder cada destello de felicidad.
Aquí os dejo una historia que trata esta idea que me anda surcándome los mares del alma.
Historia de un Náugrago
Hace ya siete meses, tres días y dos horas
naufragué en esta isla que no está en ningún mapa.
La primera semana lloré como un muchacho
asustado y el miedo vino a vivir conmigo.
Luego maldije a Dios los quince días siguientes.
Y me pasé tres días sin agua ni comida.
Los siguientes dos meses he añorado tu cuerpo
y soñado con el tibio roce de las sábanas.
Cada noche encendía hogueras en los montes
pendiente de que un barco pasara por delante
de esta isla maldita . Y en la playa he dejado
mensajes de socorro pidiendo que vinieras.
Arrojé cien botellas con mensajes urgentes.
Y durante tres meses aprendí que la vida
es un cangrejo, un fruto, el agua del torrente,
el sol que cada tarde pinta de rojo el agua.
Ya no siento temores. Recuerdo vagamente
que más allá del mar hay fusiles y espadas
y hombres que maldicen haber nacido un día.
Y que aquel mundo era una isla de monstruos.
Ayer me desperté cantando sin que nadie
me dijera: “Estás loco ¿A qué tanta alegría?”
Y cada tarde escribo en la arena unos versos
que borran las mareas y que de nuevo escribo.
Hoy he visto pasar un barco no muy lejos.
He apagado raudo la luz de las hogueras
y he borrado todos los mensajes de auxilio.
Afortunadamente el buque ha pasado de largo.
(Ismael Serrano)
viernes, 16 de enero de 2009
Recordando a un gran poeta
Hace un año el destino puso punto final a la vida de uno de los grandes poetas de la Generación del 50 o del llamado “Realismo Social”. Ángel González, sin duda, uno de los poetas más conocidos de nuestra literatura allende los mares, fue un hombre cuya sensibilidad para con su realidad ha dado magníficos versos para el recuerdo y la historia de nuestro país. El Poeta, catedrático y ensayista español nació en Oviedo en 1922.Dueño de una poesía humanamente comprometida, teñida de fina ironía y humor, su infancia estuvo marcada por la sombra de la guerra civil y por la muerte prematura de su padre cuando él apenas contaba dos años. Precisamente será en la biblioteca que su padre dejara -como un tesoro familiar- donde hace sus primeras lecturas, aunque es en un pueblo de la montaña leonesa, donde, convaleciente de una profunda afección pulmonar, siente la llamada de la poesía y escribe sus primeros versos. La experiencia de la guerra aparecerá en su primer libro, Aspero mundo (1956) y con el que obtendría un accésit del Premio Adonáis. En él se ordenan una serie de vivencias originadas por el trauma de la guerra civil española reflejadas en la contraposición de dos mundos irreconciliables: el de la infancia, sensación casi nube y la cruel realidad, de duros y agrios perfiles. A partir de entonces, su posición ante el mundo se torna más clara y militante. Al escribir en 1961 Sin esperanza, con convencimiento, incluye ya un análisis social de las causas de la derrota y pasa a ser clasificado claramente en el grupo de los poetas sociales. Angel González abandona más adelante esta actitud para dedicarse a una poesía en la que testimonia su propia experiencia de la realidad y donde hay una preocupación por la palabra en sí misma, por la expresión justa, precisa, casi imprescindible. El paso del tiempo, la temática amorosa y cívica, son tres obsesiones que se repiten a lo largo y ancho de sus poemas. Su tercer libro, Grado elemental (1962), fue galardonado en Colliure con el Premio -Antonio Machado-, poeta al que Angel González admiró profundamente. Palabra sobre palabra (1965), Tratado de urbanismo (1967), Breves acotaciones para una biografía (1971), Procedimientos narrativos (1972), Muestra de algunos procedimientos narrativos y de las actitudes sentimentales que habitualmente comportan (1976) y Prosemas o menos (1984) son otros de sus libros. Su obra completa, en la que incluye poemas inéditos, ha sido publicada en tres ocasiones, la última de ellas en 1986, y siempre con el título de Palabra sobre palabra. Es asimismo autor de diversos estudios poéticos sobre Juan Ramón Jiménez (1973), el Grupo poético de 1927 (1976), Gabriel Celaya (1977) y Antonio Machado (1979). Angel González fue maestro nacional, licenciado en Derecho por la Universidad de Oviedo y periodista por la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid. Trabajó también en el Ministerio de Obras Públicas, de donde fue funcionario en excedencia. En sus últimos años enseñó Literatura Española Contemporánea en la Universidad de Alburquerque (Estados Unidos) y profesor visitante de las de Nuevo México, Utah, Maryland y Texas.
Hace un año que dijimos adiós a este poeta de la libertad y el compromiso, pero a través de su poesía seguirá vivo en nuestro recuerdo.
CARTA SIN DESPEDIDA
A veces,
mi egoísmo
me llena de maldad,
y te odio casi
hasta hacerme daño
a mí mismo:
son los celos, la envidia,
el asco
al hombre, mi semejante
aborrecible, como yo
corrompido y sin
remedio,
mi querido
hermano y parigual en la
desgracia.
A veces -o mejor dicho:
casi nunca-,
te odio tanto que te veo
distinta.
Ni en corazón ni en alma
te pareces
a la que amaba sólo
hace un instante,
y hasta tu cuerpo cambia
y es más bello
-quizá por imposible
y por lejano-.
Pero el odio también me
modifica
a mí mismo,
y cuando quiero darme
cuenta
soy otro
que no odia, que ama
a esa desconocida cuyo
nombre es el tuyo,
que lleva tu apellido,
y tiene,
igual que tú,
el cabello largo.
Cuando sonríes,
yo te reconozco,
identifico tu perfil
primero,
y vuelvo a verte,
al fin,
tal como eras, como
sigues
siendo,
como serás ya siempre,
mientras te ame.
¿CÓMO SERÉ...
¿Cómo seré yo
cuando no sea yo?
Cuando el tiempo
haya modificado mi estructura,
y mi cuerpo sea otro,
otra mi sangre,
otros mis ojos y otros mis cabellos.
Pensaré en ti, tal vez.
Seguramente,
mis sucesivos cuerpos
-prolongándome, vivo, hacia la muerte-
se pasarán de mano en mano
de corazón a corazón,
de carne a carne,
el elemento misterioso
que determina mi tristeza
cuando te vas,
que me impulsa a buscarte ciegamente,
que me lleva a tu lado
sin remedio:
lo que la gente llama amor, en suma.
Y los ojos
-qué importa que no sean estos ojos-
te seguirán a donde vayas, fieles.
ME BASTA ASÍ
Si yo fuera Dios
y tuviese el secreto,
haría
un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
-de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso;
entonces,
si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día,
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando -luego- callas...
Escucho tu silencio.
Oigo
constelaciones: existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta.
MIENTRAS TÚ EXISTAS
Mientras tú existas,
mientras mi mirada
te busque más allá de las colinas,
mientras nada
me llene el corazón,
si no es tu imagen, y haya
una remota posibilidad de que estés viva
en algún sitio, iluminada
por una luz cualquiera...
Mientras yo presienta que eres y te llamas
así, con ese nombre tuyo
tan pequeño,
seguiré como ahora, amada
mía,
transido de distancia,
bajo ese amor que crece y no se muere,
bajo ese amor que sigue y nunca acaba.
OTRAS VECES
Quisiera estar en otra parte,
mejor en otra piel,
y averiguar si desde allí la vida,
por las ventanas de otros ojos,
se ve así de grotesca algunas tardes.
Me gustaría mucho conocer
el efecto abrasivo del tiempo en otras vísceras,
comprobar si el pasado
impregna los tejidos del mismo zumo acre,
si todos los recuerdos en todas las memorias
desprenden este olor
a fruta madura mustia y a jazmín podrido.
Desearía mirarme
con las pupilas duras de aquel que más me odia,
para que así el desprecio
destruya los despojos
de todo lo que nunca enterrará el olvido.
TODOS USTEDES PARECEN FELICES...
...Y sonríen, a veces, cuando hablan.
Y se dicen , incluso,
palabras
de amor. Pero
se aman
de dos en dos
para
odiar de mil
en mil. Y guardan
toneladas de asco
por cada
milímetro de dicha.
Y parecen -nada
más que parecen- felices,
y hablan
con el fin de ocultar esa amargura
inevitable, y cuántas
veces no lo consiguen, como
no puedo yo ocultarla
por más tiempo; esta
desesperante, estéril, larga
ciega desolación por cualquier cosa
que -hacia donde no sé-, lenta, me arrastra.
GRACIAS ÁNGEL POR ENSEÑARME A AMAR LA POESÍA.
Sobre la enseñanza pública
Cuadrilla de golfos apandadores, unos y otros.
Refraneros casticistas analfabetos de la derecha. Demagogos iletrados de la izquierda. Presidente de este Gobierno. Ex presidente del otro. Jefe de la patética oposición. Secretarios generales de partidos nacionales o de partidos autonómicos. Ministros y ex ministros –aquí matizaré ministros y ministras– de Educación y Cultura. Consejeros varios. Etcétera.
No quiero que acabe el mes sin mentaros –el tuteo es deliberado– a la madre. Y me refiero a la madre de todos cuantos habéis tenido en vuestras manos infames la enseñanza pública en los últimos veinte o treinta años. De cuantos hacéis posible que este autocomplaciente país de mierda sea un país de más mierda todavía.
De vosotros, torpes irresponsables, que extirpasteis de las aulas el latín, el griego, la Historia, la Literatura, la Geografía, el análisis inteligente, la capacidad de leer y por tanto de comprender el mundo, ciencias incluidas. De quienes, por incompetencia y desvergüenza, sois culpables de que España figure entre los países más incultos de Europa, nuestros jóvenes carezcan de comprensión lectora, los colegios privados se distancien cada vez más de los públicos en calidad de enseñanza, y los alumnos estén por debajo de la media en todas las materias evaluadas.
Pero lo peor no es eso. Lo que me hace hervir la sangre es vuestra arrogante impunidad, vuestra ausencia de autocrítica y vuestra cateta contumacia. Aquí, como de costumbre, nadie asume la culpa de nada. Hace menos de un mes, al publicarse los desoladores datos del informe Pisa 2006, a los meapilas del Pepé les faltó tiempo para echar la culpa de todo a la Logse de Maravall y Solana –que, es cierto, deberían ser ahorcados tras un juicio de Nuremberg cultural–, pasando por alto que durante dos legislaturas, o sea, ocho años de posterior gobierno, el amigo Ansar y sus secuaces se estuvieron tocando literalmente la flor en materia de Educación, destrozando la enseñanza pública en beneficio de la privada y permitiendo, a cambio de pasteleo electoral, que cada cacique de pueblo hiciera su negocio en diecisiete sistemas educativos distintos, ajenos unos a otros, con efectos devastadores en el País Vasco y Cataluña.
Y en cuanto al Pesoe que ahora nos conduce a la Arcadia feliz, ahí están las reacciones oficiales, con una consejera de Educación de la Junta de Andalucía, por ejemplo, que tras veinte años de gobierno ininterrumpido en su feudo, donde la cultura roza el subdesarrollo, tiene la desfachatez de cargarle el muerto al «retraso histórico». O una ministra de Educación, la señora Cabrera, capaz de afirmar impávida que los datos están fuera de contexto, que los alumnos españoles funcionan de maravilla, que «el sistema educativo español no sólo lo hace bien, sino que lo hace muy bien» y que éste no ha fracasado porque «es capaz de responder a los retos que tiene la sociedad», entre ellos el de que «los jóvenes tienen su propio lenguaje: el chat y el sms». Con dos cojones.
Pero lo mejor ha sido lo tuyo, presidente –recuérdame que te lo comente la próxima vez que vayas a hacerte una foto a la Real Academia Española–. Deslumbrante, lo juro, eso de que «lo que más determina la educación de cada generación es la educación de sus padres», aunque tampoco estuvo mal lo de «hemos tenido muchas generaciones en España con un bajo rendimiento educativo, fruto del país que tenemos» .
Dicho de otro modo, lumbrera: que después de dos mil años de Hispania grecorromana, de Quintiliano a Miguel Delibes pasando por Cervantes, Quevedo, Galdós, Clarín o Machado, la gente buena, la culta, la preparada, la que por fin va a sacar a España del hoyo, vendrá en los próximos años, al fin, gracias a futuros padres felizmente formados por tus ministros y ministras, tus Loes, tus educaciones para la ciudadanía, tu género y génera, tus pedagogos cantamañanas, tu falta de autoridad en las aulas, tu igualitarismo escolar en la mediocridad y falta de incentivo al esfuerzo, tus universitarios apáticos y tus alumnos de cuatro suspensos y tira p'alante.
Pues la culpa de que ahora la cosa ande chunga, la causa de tanto disparate, descoordinación, confusión y agrafía, no la tenéis los políticos culturalmente planos. Niet. La tiene el bajo rendimiento educativo de Ortega y Gasset, Unamuno, Cajal, Menéndez Pidal, Manuel Seco, Julián Marías o Gregorio Salvador, o el de la gente que estudió bajo el franquismo: Juan Marsé, Muñoz Molina, Carmen Iglesias, José Manuel Sánchez Ron, Ignacio Bosque, Margarita Salas, Luis Mateo Díez, Álvaro Pombo, Francisco Rico y algunos otros analfabetos, padres o no, entre los que generacionalmente me incluyo.
Qué miedo me dais algunos, rediós. En serio. Cuánto más peligro tiene un imbécil, que un malvado.
Los políticos deberían comprometerse en sus programas electorales a llevar a sus hijos a un colegio público.