jueves, 31 de diciembre de 2009

2010

"Mi patria son los amigos" (Bryce Echenique)






BIENVENIDOS AL 2010!!!!!!

Y hemos llegado al 2010, casi no puedo creerlo. Es curioso ver cómo pasa el tiempo ante tus ojos y ser consciente de que el año 1982 está más lejos que 2035, si bien esto último más que parecerme curioso, me da algo de fobia.

Cuando era niña, no hace demasiado tiempo, veía los 2000 muy pero que muy lejos, como si jamás fuera a arrancar la página del mes de diciembre de un calendario que marcara ese nuevo milenio. Y ya lo estamos haciendo desde hace 10 años, qué increíble, ¿no? Eran los 80 y 90, la época en que el cine nos regalaba Regreso al futuro y películas del estilo, que me proporcionaban una imagen bastante fantasiosa de los 2000: coches volantes, vacaciones en Marte, amas de casa robots haciendo la colada...nada de verdad hay en todas esas historias con que la ciencia-ficción nos enseñaba cómo iba a ser el futuro.

Pero, realmente, los 2000 nos han cambiado la vida, si no estáis convencidos preguntadle a vuestros mayores...hace pocos días conversaba con mi abuela, de 94 años, acerca de las novedades del nuevo siglo y, por un momento, me pareció que yo era la adulta y ella, la niña pequeña, hipnotizada por los hallazgos de la postmodernidad, al hablarme con la ilusión de alguien que no puede creer en algo absolutamente alejado de los patrones que configuran su realidad más inmediata. ¿Cómo podría ella imaginar, que, después de la televisión, la radio,el teléfono, la lavadora, etc., iba el ser humano a comunicarse, no ya por teléfonos móviles sin cable, sino por medio de un ordenador con cámara web incorporada? Su cara de asombro es la clara afirmación de que los tiempos avanzan a una velocidad estrepitosa. Quién sabe si en 2050 podremos veranear por el espacio...de momento, ya es algo normal que la gente se enamore por internet, que los libros, incluso los de autores griegos y latinos, tengán ya su versión digital; o que podamos leer el periódico virtualmente. ¿Quién se iba a imaginar que youtube sería el rey del mambo y que facebook sería el rincón donde comentaríamos las fotos que antes nos enseñábamos en la cafetería?. Es verdad que estamos ante una nueva era, la del 2000.

¿Alguien recuerda aquella historia de que en el 2000 se iba a acabar el mundo? Yo me acuerdo de la Nochevieja de 1999, todo el mundo hablaba de aquel día como si de verdad fuera a ser el último. Yo y mi imaginación llegamos a lugares insospechados pensando en aquello, en qué haría cuando, al comer la última uva, el mundo entero entrase en un verdadero estado de caos y confusión. Aunque no creía en esa profecía, me entusiasmaba perderme en los múltiples y más recónditos parajes de la fantasía y recorrerlos de punta a punta, soñando mil historias a cuál más descabellada...No sucedió nada pero, al mismo tiempo,puedo decir que ocurrió todo. La frontera de los 2000 me sorprendió con la continuación de la vida, mi vida. En el 2000 cumplí 18 años, me fui de casa, empecé la universidad, la aventura de vivir...realmente mi vida, considerada como algo propio-mío-, empezó en el 2000. Y ya estamos en 2010. Han pasado diez maravillosos años llenos de vivencias, que ahora son recuerdos buenos o malos, pero tan importantes...

En fin, si me estás leyendo, tú sabes cómo has llegado a mi vida... Tal vez seas de esas personas que, desde que tengo uso de razón, estás ahí y formas parte de mi familia, con quien he compartido momentos clave desde la infancia, con quien he crecido, con quien he aprendido lo que significa tener un amigo para lo bueno y lo malo, con quien he reído y llorado. Yo también te aprecio y no concibo la vida sin tu presencia, porque después de tanto tiempo soy un poco yo y un poco tú también. Gracias por tantos años de amistad.

A lo mejor te conozco menos tiempo, llegaste a mí cuando era más mayor, pero, igualmente, haces mi vida un poco más fácil y si no estuvieras en ella, todo sería más triste. Puede que compartiéramos gustos, impresiones, que pasáramos el tiempo hablando de Séneca, leyendo y traduciendo a los clásicos o preguntándonos por qué nos gustaban ciertas cosas que otros desconocían por completo y de las que no querían saber nada. Paseábamos por Valencia cuestionándonos qué nos depararía el futuro, oyendo a Los Secretos y tarareando las canciones de los Beatles, conociendo gente de todas partes creyendo que nos íbamos a comer el mundo. A lo mejor llegaste de otro país y me enseñaste otra forma de ver la vida y te quedaste en mí para siempre, siendo un punto de referencia al que volver una y otra vez. Tú también formas parte de mi ayer, pero, ante todo, de mi mañana. Gracias.

Quizá no nos conocimos hasta el 2003. En Salamanca tuve que aprender a hacerme una segunda familia porque la mía estaba muy lejos. Pero hoy en día eres mi familia, la única que tengo. Fue una etapa dura pero sobreviví a fuerza de voluntad y constancia y de amigos como tú. Tantos recuerdos en el corazón me hacen olvidar el frío que pasé durante aquellos maravillosos años. Celebramos unas cuantas nocheviejas universitarias en la Plaza Mayor, uno de los lugares más especiales para mí, que siempre recuerdo con nostalgia porque bajo el reloj hemos quedado tantísimas veces, te acuerdas???Las fiestas de disfraces siempre han sido mis preferidas, ser por una noche todo lo que no eres en la realidad, ¡qué maravilloso es!. Las mejores fiestas son de esta etapa, esas Meninas de Velázquez de espuma y sábanas cosidas a mano superan todo lo que un día pude imaginar. Gracias por hacerlo posible. Sin duda, una ciudad mágica, donde la historia vistió mi propia historia, donde aprendí a amar la música de las letras,que en combinación unas con otras forman la estructura de palabras como LITERATURA, HISPANOAMÉRICA, MÚSICA, ARTE. Gracias por compartirlos conmigo y por seguir a mi lado demostrándome que ni el tiempo ni la distancia destruyen los sentimientos.

Tal vez compartieras conmigo mi época más poética bajo la Alhambra y las luces de La otra sentimentalidad. Granada, tierra soñada, maravillosa ciudad. Fue poco tiempo el que pasé allí pero guardo recuerdos emocionantes. Recuerdo especialmente los días que me pasaba conversando con mis extranjeritos, contagiándome de sus ocurrencias, aprendiendo otros puntos de vista y viajando por el sur de España. Leí mucha poesía ese año, imbuida ya sabéis por quién...sois pocos, pero gente esencial en mi vida, de eso no tengo duda alguna. Gracias.

Puede ser que hasta mi llegada a Madrid no me conocieras. Pero, desde que yo te conozco, sé que mi estancia allí mereció la pena. Un año muy estresante, en que cambió mi carácter durante algún tiempo. Lo pasé mal, fue durísimo. Pero tú estuviste a mi lado y me ayudaste a levantarme cada día. Os conozco poco tiempo pero sé que pocas personas hay en mi vida tan especiales como esos encantadores de sueños, casi duendecillos, que con su sola presencia siento la magia de la niñez. Gracias por esos cuentos improvisados, por esos poemas a lo automático, por esa alegría con la que teñís todo mi universo. Me siento afortunada de poder compartir tantísimas cosas con vosotros y de seguir disfrutándolas. Gracias, filolocos complutenses.

Nunca se puede decir "de este agua no beberé...", lo sé, ya lo sé. Siempre decía que el único lugar de España al que no iría sería La Mancha. Y allí fui a parar, asombroso, ¿verdad?. La etapa de Valdepeñas fue bonita y mi primer año de profesora especial, tan especial como jamás lo hubiera imaginado. En la vida hay momentos decisivos y yo creo que éste, el 2009, lo ha sido. Momentos difíciles, muchos, pero enormemente instructivos. He aprendido a saber valorar los pequeños detalles de cada día, la mano que un desconocido te tiende en momentos desesperantes mientras alguno de los que considerabas amigos no fue capaz ni de llamarte, la belleza de algún paisaje que nunca antes te hubiese atrapado, conversaciones para despertar la conciencia de algún adolescente malcriado y descubrir que tus consejos son bien recibidos y valorados, relacionarte con personas con las que te unen pocas cosas y sorprenderte de que te aporten mucho más de lo que tú te creías...gracias a todos, Valdepeñas, Ciudad Real y Almodóvar, por seguir haciendo que me muerda la lengua antes de hablar. Espero que me acompañéis en los próximos años del 2000.

Puede que hayamos coincidido en alguna ocasión, un viaje, una clase, un concierto, yo qué sé. Gracias por estar allí a la hora y en el lugar indicados. Puede que ya no tengamos relación, pero si estás aquí leyendo esto, podrías hablarme y decírmelo, tal vez podamos retomarla. Lo más bonito de la vida es tener amigos de verdad y saber que lo son, que te pase lo que te pase, siempre están ahí, incondicionales, fieles.

A todos, a cada uno de los que leáis esto, os deseo un feliz año 2010, que lo viváis con ilusión y que cada día, cada hora, cada minuto celebréis la VIDA y la suerte que tenemos de vivirla.

Hagáis lo que hagáis, estéis donde estéis,ocurra lo que ocurra, sabed que sigo aquí y que estaré pensando en vosotros, porque en verdad sois mi única y verdadera patria.

GRACIAS POR FORMAR PARTE DE MÍ Y POR BRINDARME LA OPORTUNIDAD DE ESTAR SIEMPRE A VUESTRO LADO.











Os quiere

ANA

lunes, 21 de diciembre de 2009

Un poema con mi nombre



ANA Y LA LLUVIA


Ana pierde el rumbo en las ventanas,
dando tumbos se hace un hueco
por entre el gris de la ciudad,
y no se da cuenta que los gatos lloran
cuando vuelve a casa sola,
cuando duerme en soledad,
quiero creer que eres fuerte,
que tus ojos aún miran de frente
y tus abrazos son verdad…

Qué puedes hacer,
ten cuidado,que ha llovido
y el suelo está mojado,
y se resbalan tus ojos,
tus manos,la vida y los sueños…

Y las palomas te alborotan el pelo,
qué puedes hacer con tanto dolor…
Ana (las calles se arrodillan cuando pasas),
y se marchita la parada del autobús
que no cogiste ayer,
y no sé qué hacer, o bajarte el cielo,
o cogerte el mundo o traerte un caramelo,
o inventarme las palabras
que nunca podré escribir,
que no valen nada si estas de perfil,
si no estás aquí…

Si no estás aquí, sucederá tal vez
que no habrá nadie
y que no queden rincones para mí…
Si no estás aquí, sucederá al revés,
que entonces tus minutos
sean segundos para mí,
si no estás aquí…

Voy a descifrar cómo se desparrama el tiempo,
a intentar alisar los pliegues de tu cuerpo,
a desenredar los alambres,
a no protestar si tengo hambre,
a comprender que Ana y la lluvia
son complicadas para mí…
a ponerle FIN a este cortometraje,
a deshacer las maletas de este viaje
que empieza contigo y acaba sin ti.


Luis Ramiro

¿A quién no le gusta sentirse el/la protagonista de una canción o un poema?

domingo, 13 de diciembre de 2009

VÉRTIGO


Muchas veces miramos la vida con vértigo-al menos yo lo hago- como si nos diera miedo asomar la cabeza por nuestro interior y nos negáramos a nosotros mismos lo que sentimos por miedo a lo que pueda pasar. Lo mejor sería dejarse llevar y no perder el tiempo pensando si ésto está bien, si lo de más allá está mal; ya lo dijeron dos clásicos como Horacio y Virgilio,"Carpe diem", "Tempus fugit", dos tópicos recurrentes que han vertido ríos de tinta en todas las literaturas a lo largo de la historia y que nos empujan a vivir cada minuto de nuestra existencia como si fuera el último.

Nunca he sido yo muy devota de tales ideas, aunque confieso que me gustaría no rendirle demasiados tributos a la razón. Todo lo razono, o si no, al menos, siempre pesa demasiado en mí la idea del deber. No soy una persona muy pasional, que actúe sin pensar, que me deje llevar por los impulsos más primitivos. Pero creo que también es necesario vivir sin tener constantemente la presión de pensar lo que puede pasar y que casi siempre tiene tintes negativos.

Estoy viviendo ciertas situaciones que me plantean la duda de si debo dejarme llevar sin pensar demasiado, o si, por el contario, controlarme por si el peligro pudiera volverse en mi contra, como otras veces me ha sucedido. No soy la única que, ante esa dialéctica planteada entre cerebro y corazón, inclina la balanza hacia lo que es adecuado, menos arriesgado, y más cuando esa elección puede afectar a otras personas. La verdad es que es un tema complejo. Pero, ¿acaso no es esto la vida, un devenir constante entre dos polos tan opuestos como son la realidad y el deseo?...Con frecuencia es necesario elegir uno u otro camino, pero no los dos cuando son totalmente incompatibles.

De ese modo, volviendo a los tópicos literarios mencionados, me golpea fuertemente el corazón la idea de que el tiempo se desvanece y de que si no aprovechas cada instante, las oportunidades se esfuman y no vuelven jamás. Es justamente ésta la sensación de vértigo de la que hablaba al principio. Ahora creo que me dejaría llevar, que haría mías esas frases tan célebres. Pero lo malo es que pensar en ello también me da vértigo, tanto vértigo que me da miedo tan solo el hecho de imaginar lo que esa elección podría depararme. Es por eso que intento no mirar demasiado, ya que podría caerme. ¿Entonces ya estoy elegiendo cuál es la bifurcación que debo tomar?

No sé,
siga una u otra dirección,
el miedo siempre me circunda.

Vértigo,
un enorme VÉRTIGO,
es lo que siento.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Nuevos rumbos de mi pensamiento

"Historia magistra vitae est"


Hace tiempo que no dejo constancia de mis vivencias en este pequeño diario,dados los escasos minutos libres en el paso de unos días que se desvanecen a una velocidad frenética. Y es que ya estamos acabando el año otra vez, pese a los fracasados intentos de mi voz cuando le reclama, angustiada, una tregua al tiempo.

Hace apenas unos meses me preguntaba qué iba a ser de mi vida y deseaba que pasaran los días-a mi parecer demasiado lentos- para conocer el que iba a ser mi futuro. Ahora, en cambio, quisiera que parase el tic-tac del reloj y no ver avanzar la manecilla que da cuenta del movimiento de las horas. ¿Por qué todo sucede al revés?.

Hace un año que me encontraba viviendo una de las etapas más felices de mi existencia, aunque todavía entonces no era cosciente de ello. Mi tránsito a la vida profesional puso fin a un año tan intenso como fue el que pasé en Madrid. Me esperaban unos meses muy difíciles-los más difíciles de mi vida, diría yo-pero, sin duda, muy enriquecedores a nivel de realización como ser humano. Ahora los recuerdo con nostalgia, con cariño, porque desde la distancia compruebo lo que me han aportado, fortaleciendo mi espíritu ante situaciones completamente diferentes a las vividas anteriormente y que ahora me sirven de modelo para otras.

Ahora, un año después, he pasado página y me encuentro viviendo un nuevo momento tras ese punto y aparte. Es un momento distinto, tanto por el lugar donde resido como por la gente con la que comparto la mayor parte de los días. No está siendo tan duro, supongo que porque ciertas cosas me resultan ya familiares y no suponen un comienzo tan brusco como el anterior; pero, en parte, no puedo evitar echar de menos todo lo que he tenido que dejar atrás para volver a empezar. Pero así tiene que ser, quiera o no así está siendo y esta vez estoy tratando de vivirlo sin preguntas, simplemente lo paso tratando de que sea de la mejor manera posible, para seguir y seguir creciendo como persona, porque es así como cada día la lucha-mi lucha-se va haciendo más fácil.

Fruto de esa experiencia es la nueva visión de la vida que estoy aprendiendo a marchas forzadas. Ayer allí, hoy aquí y mañana, ¿qué vendrá?-pienso-. No obtengo respuesta, sólo me queda el pensamiento de que éste es mi ahora y tengo que vivirlo sin importarme tanto qué será aquello que habrá de llegar.

Mi mente busca un asidero en que asentarse, cualquiera que, por recóndito que sea, ahuyente lo negativo de mis pensamientos. Y si hago un esfuerzo, aumento el ángulo de visión y miro un poco más profundamente, soy capaz de ver algo más allá de lo que, en un principio y ante un repaso superficial, pueden ofrecerme los sentidos. Ha sido ésta la mayor lección que he recibido en mi vida y ahora me está sirviendo para continuar adelante.Esa es la nueva dirección que estoy siguiendo para no perderme, aunque a veces me parezca ver una densa niebla cercenándome el paso. Pero, poco a poco, la veo disiparse si tengo paciencia.

Cuando me sobrevienen los recuerdos que, pasado el tiempo, considero tan sumamente especiales, me alegro de haberlos vivido y procuro convencerme de que en mi mano está la posibilidad de que un día recuerde este presente y de que me ocurra como ahora con el que ya es mi pasado, que me arrepienta de no haber sabido valorar cada momento lo suficiente en el instante en que tuvo lugar. Los comienzos son duros,es cierto; pero de uno mismo depende sobrellevarlos de la mejor manera. Así pues, en vez de mirar lo que me ocurre como algo que se me impone sin que yo pueda hacer nada por cambiarlo, trato de ser yo la que decide cómo y cómo no vivir esta nueva vida. Y lo tengo claro: cada día he de poner todas mis ganas para que en un futuro pueda alegrarme de haber vivido esta experiencia y la recuerde con tanta ilusión como miles de días que pasaron sin saber que los acabaría echando de menos.

Toda mi vida, en cada lugar que he estado, a pesar de lo malo, siempre he acabado añorándolos y al volver la vista atrás, sólo permanecen aquellos recuerdos que los convierten en lugares maravillosos. Hagamos, pues, que este nuevo momento también lo sea. He aquí mi nueva filosofía.

lunes, 19 de octubre de 2009

Una de Ismael Serrano

RECUERDO

Me levanto temprano, moribundo.
Perezoso resucito, bienvenido al mundo.
Con noticias asesinas me tomo el desayuno.

Camino del trabajo, en el metro,
aburrido vigilo las caras de los viajeros,
compañeros en la rutina y en los bostezos.

Y en el asiento de enfrente,
un rostro de repente,
claro, ilumina el vagón.

Esos gestos traen recuerdos
de otros paisajes, otros tiempos,
en los que una suerte mejor me conoció.

No me atrevo a decir nada, no estoy seguro,
aunque esos ojos, sin duda, son los suyos,
más cargados de nostalgia, quizás más oscuros.

Pero creo que eres tú y estás casi igual,
tan hermosa como entonces, quizás más.
Sigues pareciendo la chica más triste de la ciudad.

Cuánto tiempo ha pasado desde los primeros errores,

del interrogante en tu mirada.
La ciudad gritaba y maldecía nuestros nombres,
jóvenes promesas, no, no teníamos nada.

Dejando en los portales los ecos de tus susurros,
buscando cualquier rincón sin luz.
"Agárrate de mi mano, que tengo miedo del futuro",
y detrás de cada huida estabas tú, estabas tú.

En las noches vacías en que regreso solo y malherido,
todavía me arrepiento de haberte arrojado tan lejos de mi cuerpo.
Y ahora que te encuentro, veo que aún arde la llama que encendiste.

Nunca, nunca es tarde para nacer de nuevo, para amarte.

Debo decirte algo
antes de que te bajes de este sucio vagón y quede muerto,
mirarte a los ojos, y tal vez recordarte,
que antes de rendirnos fuimos eternos.

Me levanto decidido y me acerco a ti,
y algo en mi pecho se tensa, se rompe.
"¿Cómo estás? Cuánto tiempo, ¿te acuerdas de mí?"
Y una sonrisa tímida responde:

"Perdone, pero creo que se ha equivocado".
"Disculpe, señorita, me recuerda tanto a una mujer
que conocí hace ya algunos años".

Más viejo y más cansado vuelvo a mi asiento,
aburrido vigilo las caras de los viajeros,
compañeros en la rutina y en los bostezos.



Estaba escuchando esta canción, una que ya había oído mil veces antes, pero hoy es como si la hubiese escuchado por primera vez. Nunca había sentido tan cerca la canción, la historia que cuenta.Tal vez nunca le había prestado la suficiente atención. Y éso que la canto, me la sé... pero es curioso, nunca me había detenido a comprenderla. Será que la música, sus letras, como manifestación lírica que son, necesitan de múltiples lecturas. Las canciones de Ismael Serrano tienen la capacidad de la poesía de la experiencia, que con el tiempo pueden sugerirte emociones nuevas. Y hablan de realidades, de vivencias de la gente de la calle. ¿A quién no le ha sucedido algo de lo que hablan sus historias? Claro que en su voz esas historias son hasta hermosas, pero en la realidad no tanto.

Ha sido bonito redescubrirla y saber lo que quiere decir cada palabra, reconocer su lenguaje, descodificarlo y hacer las inferencias oportunas, como dice la teoría de la relevancia en la pragmática (es que me la he estado estudiando hoy, por si alguien me lee es una teoría de 1986 y se la debemos a Sperber y Wilson). Una cosa es lo que se dice y otra, lo que se comunica. Nunca me había llegado tan hondo la canción, porque nunca había hecho una interpretación correcta de la misma. Ahora, sí. Entiendo perfectamente el mensaje emitido por el emisor, porque no sólo atiendo al texto,a su significado literal; sino que también tengo en cuenta el conjunto de sentimientos, pensamientos y emociones de las que habla el narrador de esta historia, cuyos personajes somos todos los que alguna vez hayamos sentido lo mismo.

Sin duda, para mí Ismael Serrano es otro poeta más de la experiencia, esa tendencia poética llamada "la otra sentimentalidad", tendencia que concibe la lírica como un arte hondamente humano por su capacidad para reflejar las historias que nos suceden a todos.


miércoles, 14 de octubre de 2009

NOSTALGIAS DEL PASADO

"Cuántas cosas dejan huella,
cuántas cosas se recuerdan,
cuántas brillan en el tiempo aunque no están..."
(P.Guerra)


Pasó a la historia un fin de semana esperado y especial, muy especial; días de reencuentros que hacen plantearme el presente. Días de luz, de risas desde el corazón, de paseos unamunianos por el Tormes...han despertado los más felices recuerdos de un pasado cada vez más lejano en el tiempo, llenando de melancolía el aire que respiro.

Salamanca, no sabía que te echaba tantísimo de menos. Abrir la ventana al despertar y encontrarme con tu soberana plaza, ese lugar de solemne pulcritud, de encuentros bajo el reloj, canciones a Hernán Cortés, helados bajo el sol, abrazos para siempre...

No puedo describirlo pero sentí que algo me rozaba la piel suavemente, algo que hizo detenerse el tiempo por un instante, conduciendo el sueño hacia la realidad; había vuelto, allí estaba y nada había cambiado. Todo seguía igual. Por un momento, pensé que nada había sucedido, creí que entonces seguía siendo mi ahora, que entonces nunca había dejado de ser mi mañana. La misma brisa, el mismo olor, ese cielo tan lleno de vida que me levantaba contra viento y marea . Todo seguía allí, me veía recorriendo la ciudad como tantas veces camino de la facultad. El mismo suelo, exactamente la misma piedra, la misma sobriedad. El silencio, lejos del mundanal ruido, seguía impregnando de paz la historia de sus calles, tan frías a mi paso, tan profundas al del pensamiento. La misma música de aquellos días resonaba dentro de mí, la oía a lo lejos; muy lentamente me iba estremeciendo, acelerando su melodía los latidos del corazón. Allí estaba, nada había cambiado. Yo, la misma de entonces, volvía la mirada hacia el pasado, reviviendo aquellas emociones de aquel viaje que hice con burbujas en el aire. Otra vez sobre los pasos de aquel tiempo, regresan a mí los dos mil recuerdos donde guardo la ilusión. Y me lo creí, apenas por un instante estuve allí...

Pero, de repente, aquella ya no era yo. Ni aquella era la misma ciudad. Todo había cambiado, nada era como entonces. La calle cambió su trayecto y no vuelve, mientras yo camino deprisa, y ni busco ni encuentro, ni paso ni quiero, ni tengo ni doy... Perdí la señal, los horarios, los trenes; nostalgia es el verbo que piensa en tu olor y te echo de menos,tanto de menos, que siento el espacio vacío de mi corazón.

Fue una ráfaga en la oscuridad. Volví , pero allí , de entonces, no queda ya nada; el tiempo nos borró.


PUNTO Y APARTE.




Nunca podré dejar de echarte de menos, aunque ya no me recuerdes.


CUÁNTAS COSAS BRILLAN EN EL TIEMPO, AUNQUE NO ESTÁN...

miércoles, 26 de agosto de 2009

Cualquier día puede no salir el sol...

Hoy me referiré a esa cita que un día dijo aquel sabio del empirismo filosófico, David Hume:

"CUALQUIER DÍA PUEDE NO SALIR EL SOL".

A la hora de intentar encontrar una respuesta razonable a la pregunta: ¿por qué estamos convencidos de que mañana saldrá el sol?, es obvio que contestamos naturalmente: porque ha salido invariablemente todos los días desde que tenemos uso de razón. Tenemos la convicción de que saldrá en el futuro porque ha salido en el pasado. La única razón, por consiguiente, que nos hace creer que se perpetuará el movimiento de rotación de la Tierra que provoca este efecto, es la costumbre. Pero esta convicción es errónea, al menos empíricamente hablando, ya que un número cualquiera de casos en que se ha demostrado una ley física en el pasado, no proporciona la evidencia necesaria que determina el cumplimiento futuro. No tenemos, pues, ningún fundamento empírico más allá de una creencia construida sobre el sentido común que nos indica una mera probabilidad, que el sol saldrá mañana.

Rescato aquí el escepticismo de Hume para no dejarme vencer por las primeras impresiones, invocando un principio de incertidumbre que me haga rescatar el "Sólo sé que no sé nada" de lo que puede acontecernos.


Mañana PUEDE que no salga el sol, pero ESPERO que sí lo haga. ¿Por qué no va a salir aunque sea en un triste pueblo que ahora mismo no conozco?

Todo puede pasar, todo puede pasar, todo-puede-pasar...




"Puede que todo siga igual, también puede que no sea así".


Me pregunto qué haría si no escuchara canciones como ésta,la vida sería mucho más complicada...


(Diario de una chica asustada)

martes, 25 de agosto de 2009

Se acerca el incierto y temido septiembre...

Me acabo de sentar a escribir en este rincón particular de mi misma. No sé qué voy a escribir, pero siento unas tremendas ganas de hacerlo. Es la forma más civilizada que encuentro de desterrar los tormentos que me perturban.

Ahora mismo me siento bien, he vivido un buen verano, de los que hacía tiempo no recordaba. Lo cierto es que necesitaba alejarme de España, conocer otros lugares, otras gentes...queriendo aprender de todo lo que no está a mi alcance en la cotidianidad. Creo que necesitaba pensar menos y vivir más...y así ha sido. He respirado otro aire y me ha sentado bien. Me siento más libre, menos dependiente de lo que ya conozco.

Pero esta semana va a ser-está siendo ya- difícil; la vuelta a la realidad siempre es compleja.Y en mi caso, lo lleva siendo desde hace tiempo. Me asedian las preguntas sin respuesta, el desconcierto de lo que me va a acontecer en los próximos días me tiene presa, esperando leer un nuevo episodio en la novela que cuenta mi historia, que ahora mismo me describe en un escenario enormemente difuso, a pesar de que en pocos días va a resolverse el misterio. Los que me conocen bien saben que odio el no saber; la espera, la incertidumbre, el desconocimiento me exasperan ...mientras aguardo, mi mente recorre mil kilómetros de imaginación pensando en lo que me deparará el futuro, un futuro que ya es casi mi presente y que sigue siendo desconocido al día de hoy.

Ya son muchos años con esta vida, tal vez necesitaría un poco más de estabilidad. No sé bien si merece la pena vivir así, alejada de todo, por mejorar mi situación laboral. Se hace difícil, muy difícil, saber que de nuevo me espera un lugar en el que vivir sin yo poder elegirlo voluntariamente. De nuevo, el tren me dejará en una estación donde nadie irá a recogerme. De nuevo, no habrá nadie con quien llorar el vacío de mis primeras noches. Parece como si estuviera obligada a aceptarlo, sea cual sea mi destino. Si me negara, todo lo que he luchado para llegar hasta aquí, habría resultado inútil y por éso tengo que seguir adelante. En cierto modo, me siento un poco limitada sin poder decidir por mí misma a dónde quiero ir, y la verdad es que no parece gustarme esa sensación.Es como si por todo ello se viera coartada mi libertad, que es mi principio primordial como ser humano. Después de otras experiencias, sé que siempre acabo sintiéndome bien allá donde voy. No soy especialmente complicada, enseguida me acostumbro a lo nuevo y no tengo problemas para haerme un hueco en cualquier parte. Es cierto. Yo lo sé...pero se lleva mal saber que no hay parte del mundo que te pertenezca, que reconozcas como tuya propia.

Hay ciudades importantes para mí, pero ninguna de ellas es mi ciudad, ni siquiera aquella en la que he vivido la mayor parte de mi vida. He pasado por ellas, en mayor o menor medida, pero una vez las he dejado, tiempo después me he sentido como una extraña al volver a ellas, como si yo no hubiera residido allí jamás. "Al lugar donde has sido feliz, no debieras tratar de volver" canta Sabina en Peces de Ciudad. Cuánta razón tiene siempre el andaluz. Lo que me queda de ellas son las personas, las personas que me han acompañado en el camino y sin las que tantas y tantas vivencias no tendrían el más mínimo sentido para mí. Pero, aunque sé que queda mucha gente interesante a la que conocer, a mí me faltan los que ya son parte de mí, sin los que me siento completamente desprotegida. Y es éso lo que más me cuesta: renunciar a estar cerca de todos ellos. Las personas que para mí son esenciales se encuentran repartidas en diferentes lugares del mundo. Obviamente, sería imposible hallar una ciudad donde habitasen todas y cada una de ellas. Para mí sería lo más parecido a la felicidad absoluta, una ilusión inalcanzable, claro está. El hecho de estar año tras año en diferentes sitios, alejada de todos los seres que me hacen sentir completa, hace imposible llegar a reconocer uno como el mío, como el espacio al que poder volver siempre, sin sentirlo cambiar a mi alrededor. Es horrible pensar en todo esto, me duele conocer la realidad, y me duele más el hecho de no ser capaz de hacer nada por cambiarla.

Tengo miedo de no soportarlo, pero mucho más miedo de soportarlo aun sabiendo que quisiera estar en otra parte o vivir de otra manera. ¿Por qué será que siempre pensamos en lo que no hacemos pero tampoco luchamos por hacer realidad aquello que añoramos?Siempre pienso en otras vidas y las miro como si las prefiriera, pero nunca hago nada porque la mía se asemeje a esas otras. Odio el "tengo que hacerlo", ese "debo hacerlo" que me autoimpongo, el debate muchas veces entre el deber y el querer. Qué difíciles son los comienzos, pero también los finales-quizá estos sean peores aún- es ésto lo que quisiera no vivir, siempre tener que empezar y acabar algo y volver a lo mismo una y otra vez, una y otra vez...pero por qué siempre tiene que haber un final?

Al mismo tiempo que hago estas reflexiones, también admiro mi capacidad de lucha, de enfrentar la vida como lo estoy haciendo, avanzando en el camino a pesar de mis temores, a pesar de la soledad, terrible a veces...pero sin retroceder ni un paso atrás. Me hace ser más fuerte, ésto me va a ayudar a sobrellevar todo con más valentía-trato de autoconvencerme-pero ¿por qué tengo que tener vetado el derecho a ser cobarde?


Lo he vuelto a hacer,he pensado más, mucho más de lo que debiera y ahora me siento mal.


No sé por qué siempre acabo por entablar una lucha con mi conciencia, si al final siempre salgo perdiendo...


"Si no ves más allá de tu horizonte, estaremos perdidos"-me susurran.



Habrá que echarle narices.

martes, 11 de agosto de 2009

HASTA QUE MURIÓ DE SED MI CORAZÓN DE ESTRELLAS...

El ser humano, por definición, se caracteriza por su insidiosa supervivencia en el mundo, un espacio que con frecuencia nos resulta hostil. A veces, siento que me adhiero a esa condición del hombre de vivir hasta morir soportando el vaivén de los golpes que trae consigo el hecho de estar vivo.

Es curioso que lo que nos duele es lo que está siempre presente, lo que no se olvida nunca. Me resulta terrible la lucha contra todo lo que quisiera no pensar y pienso. Quisiera prenderle fuego a los mil recuerdos que una y otra vez vuelven a mí hasta abrasarme las entrañas. Cuando duermo, sueño que me escapo de este miedo al no vivir en calma, pero incluso en este estado de inconsciencia, me atrapa la angustia de saber que no puedo liberarme de él.

Dar marcha atrás, ay si yo pudiera, si yo pudiera olvidar...ahora mismo no estaría sintiéndome así.

Te encontré por casualidad aquí o allí, qué más da. Seguro que lo recuerdas, mi corazón no puede dejar de hacerlo. Yo dibujaba el surco de un mundo diferente, pero a medida que iba ultimando cada detalle, perfeccionando su silueta...se fue desmoronando lentamente ante mis ojos. Me hubiera ido arrastrando a recoger los escombros para reconstruirlo una y otra vez, pero los muros de mi conciencia me cercaron el paso un día, ese día en que quise empezar a borrar todo lo que alguna vez hubiese imaginado que podría suceder. Mejor pensar que ocurrió así, no??

Hubo un silencio estridente, con más significado que cualquier palabra de rencor u odio que hubiera preferido ardientemente en ese momento. Pero no la nada, el vacío en que me deslicé y del que nadie supo cómo tenderme una mano para sacarme de allí. Con ello hubiese bastado, no pedía nada más. Yo sé que yo fui la que día a día se fue ahogando conscientemente en la amargura más penosa que jamás hube conocido. Yo sola llegué hasta allí, no creas que no lo sé. Pero mientras iba acercándome, siempre me quedaba a la espera, aguardando a que lo impidieras; y así, poco a poco, de tanto esperar, seguí hasta que por fín me morí de la sed de ti.

En verdad siento que ese día perdí una parte de mí misma, esa que se me reveló antes desconocida. Ahora me parece que me equivoqué, que me confundí de camino; tal vez nunca supe verdaderamente hacía dónde iba...pero todo se volvío ambiguo favoreciendo mi confusión.

Poco importa éso ya, si era o no era lo que yo buscaba, la herida dolió-duele-cuando la ilusión hizo mella en un naufragio de tristeza. No quiero que lo entiendas, tampoco tienes culpa alguna, sino que sólo pretendo darle alguna razón a mis sentimientos.

Desde entonces, la pena negra que empezó a albergar en mí se ha teñido del color del hielo, impregnándome el corazón de dudas, abortando en él cualquier esperanza a volver a sentir.

Quiero, sueño con sembrar otra vez la estrella que danza en mi interior cuando mana la fuerza del cariño.

Con aire febril lo espero, avanzando hacia el fin de mi angustia.

Pero mientras persista este otoño de gris cielo,

mientras no pueda enterrar los recuerdos,

mientras sienta que ni el viento puede destruir

el dolor que me abrasa por dentro,

mi corazón, herido entre hojas muertas, se desmadeja.



jueves, 6 de agosto de 2009

Mi experiencia en la ciudad que nunca duerme...

Tan sólo hace unos pocos días que volví a España después de tres semanas en los EEUU. Era la primera vez que salía del continente europeo, con lo que ya este detalle marca esta experiencia como algo extraordinario en la vida de quien escribe.

Debo señalar que la ciudad de Nueva York tiene poco que ver con otros lugares que conozco dentro y fuera de España. Aunque sé que no podría vivir en ella, por una serie de hechos a los que a continuación me referiré, es una ciudad única que debe ser visitada al menos una vez en la vida. Por supuesto que la experiencia ha merecido la pena, como cualquier viaje que uno realice, éste también me ha enriquecido satisfactoriamente.

Lo único-y ahora me limitaré a explicar esos pequeños detalles que la convierten en una ciudad invivible para mí- es el ambiente que se respira, que está demasiado cargado. Jamás en la vida he andado por calles con tal aglomeración de gente como en Nueva York. Con tres semanas he tenido suficiente para darme cuenta de que el vaso que contiene mi paciencia se vería colmado en poco tiempo. La gente allí camina de manera diferente, como si el reloj corriera más deprisa que en el resto del mundo. En varias ocasiones me sentí incómoda, como si me faltara el aire. Y es que la gente que vive allí te contagia su paso histérico y queriendo escapar de su estrés, te encuentras con esos inmensos rascacielos que te empequeñecen hasta hacerte sentir un ser enormemente pequeño e innecesario. Ahora entiendo esa multitud de la que hablaba Lorca en Poeta en Nueva York, esa multitud que te hace sentir en la mayor de las soledades.

Otro de los inconvenientes de la gran ciudad, es la gran suciedad que la caracteriza. No he visto nunca una ciudad tan sucia como ésta. Los contenedores no existen en Nueva York, de modo que el turista que viaja entusiasmado a una de las ciudades más cosmopolitas y modernas que existen, se encuentra con montones y montones de basura en cada esquina, incluso en la Quinta Avenida, el street comercial más famoso seguramente al que acude la alta sociedad. No sólo es molesto el olor, sino la tremenda carencia de higiene de la que goza la ciudad, recibiendo visitas de toda serie de animales atraidos por la inmundicie urbana.

Me abstendré de criticar la contaminación, pero el tráfico y el ruido de los automóviles son otra razón por la que me negaría a residir allí. Y por supuesto, lo que no podría soportar de ninguna de las maneras es tener que entrar en el metro durante todos los días de mi vida. ¡Eso sí que acabaría conmigo!! Las instalaciones son muy antiguas, el calor es verdaderamente axfisiante. La sensanción que te da es que te encuentras literalmente "bajo tierra" en un lugar en el que no puedes ni respirar. Es realmente angustioso utilizar este medio de transporte, aunque una vez que entras en el tren, el desorbitado aire acondicionado te hace volver a la vida en pocos segundos.

Y ¿qué es lo que hace de esta experiencia algo irrepetible y único? El hecho de que admita que me sería imposible vivir una vida feliz y saludable en este rincón del mundo, no implica que le niegue fascinación a mi visión del mismo. Innegablemente, es una ciudad que impresiona a todo el que llega. Así, por ejemplo, las vistas desde edificios como el Empire State o el Crysler son, a mi juicio, sensacionales, tal como se ve en el cine.


En medio de tantos y tantos espectaculares edificios, los neoyorquinos disfrutan de múltiples parajes naturales que te dan la oportunidad de escaparte y sentir algún momento de tranquilidad lejos del mundanal ruido. Sin duda alguna, Central Park es uno de los espacios que voy a echar de menos. Una ciudad como ésta no sería la misma si no contara con lugares como éste.




Asimismo, otro aspecto que caracteriza la ciudad es la amplia oferta cultural, destacando la artística. Es otro detalle que define la idiosincrasia de la ciudad, la calidad de los museos, que es altamente positiva, siendo un punto importante que todo viajero no debe dejar pasar. El MOMA es considerado uno de los santuarios del arte moderno y contemporáneo del mundo, constituyendo una de las mejores colecciones de obras maestras. Alberga piezas tales como La noche estrellada de Van Gogh, Broadway Boogie Wogie de Piet Mondrian , Las señoritas de Avignon (1906) de Pablo Picasso, La persistencia de la memoria de Salvador Dalí y obras de artistas norteamericanos de primera fila como Jackson Pollock, Andy Warhol y Edward Hopper. El MoMA posee además importantes colecciones de diseño gráfico, diseño industrial, fotografía, arquitectura, cine e impresos.

El GUGGENHEIM, en un principio, Museo de pintura no-objetiva, fue fundado para exhibir el arte vanguardista de artistas modernos tempranos como Kandinsky y Mondrian. El edificio en sí mismo se convirtió en una obra de arte. Desde la calle, el edificio parece una cinta blanca enrollada en forma cilíndrica, levemente más ancha en la cima que abajo. Internamente, las galerías forman una espiral. Así, el visitante ve las obras mientras camina por la rampa helicoidal, como un paseo.

De todos los museos de la ciudad, el mejor y más completo es el METROPOLITAN MUSEUM OF
ART.
.


Las colecciones abarcan desde tesoros de la Antigüedad Clásica, representada en sus galerías de Grecia y Chipre, a pinturas y esculturas de casi todos los maestros de Europa y una gran colección de obras estadounidenses. Están expuestas obras maestras de Rafael, Tiziano, el Greco, Rembrandt, Velázquez, Picasso, Pollock, Braque y muchos más. El museo posee un gran acervo de arte egipcio, africano, asiático, de Oceanía, Oriente Medio, bizantino e islámico. Las galerías de André Meyer encierran grandes obras de arte europeo del siglo XIX, con particular énfasis en los pintores impresionistas y post-impresionistas, así como una gran colección de esculturas de Rodin.
La ciudad está plagada de galerías de arte en las que los mejores artistas del momento exponen sus obras. Toda persona interesada en el arte, no quedará insatisfecha. La oferta es muy amplia y diversa.


La música es otro de los principales atractivos de la ciudad. Cualquiera que se acerque a Brodway, en el iluminadísimo Times Square de la 42 street, podrá disfrutar de los mil musicales más famosos desde el autóctono West Side Story hasta cualquier obra del mítico Disney. Con visitar esta calle, yo creo que cualquiera puede obtener la esencia de la ciudad. De hecho, cuando pienso en Nueva York, tengo esa imagen en la mente.


Otro de los espectáculos que nadie debe perderse es la asistencia a un concierto de Jazz, hay en toda la ciudad bares y salas en que cualquier día del año pueden tener lugar. A mí el gusto por el jazz me viene desde años atrás, pero es cierto que a raíz de conocer la ciudad, me ha sobrevenido una especial pasión por el mismo que espero me haga descubrir muchas cosas que

.

ahora mismo desconozco.


Para ir terminando, animo a todo el que no conozca la ciudad a visitarla, seguro que no le defraudará, aunque, como he dicho antes, no es la ciudad perfecta que nos enseñan las películas. Las diferencias sociales están claramente delimitadas. En los suburbios del metro, en ciertos barrios como El Bronx o Harlem, los rascacielos más típicos de Manhattan dejan paso a otro tipo de edificios más pobres. Pero, igualmente,tienen algo especial, incluso más auténtico que otras partes más turísticas. Eso sí, debo decir que la gente en todas partes es muy amable, siempre dispuestos a ayudarte cuando lo necesitas. Es el gran recuerdo que me llevo de América, al menos de este estado, que finalmente ha logrado soprenderme.

Y si algo me ha gustado especialmente es la gran diversidad cultural de la ciudad. En ninguna parte del mundo en las que he estado, puedo describir tal confluencia de nacionalidades como en Nueva York. Acaso sea este pequeño detalle el que hace de ella uno de los lugares más extraordinarios de la tierra.

No sé si si volveré algún día, pero que no me ha dejado indiferente lo tengo claro.


miércoles, 17 de junio de 2009

¿CÓMO PUEDO YO...?




HOW CAN I TELL YOU???


How can I tell you that I love you, I love you
But I cant think of right words to say
I long to tell you that Im always thinking of you
Im always thinking of you, but my words
Just blow away, just blow away
It always ends up to one thing, honey
And I cant think of right words to say
Wherever I am, girl, Im always walking with you
Im always walking with you, but I look and youre not there
Whoever Im with, Im always, always talking to you
Im always talking to you, and Im sad that
You cant hear, sad that you cant hear
It always ends up to one thing, honey,
When I look and youre not there
I need to know you, need to feel my arms around you
Feel my arms around you, like a sea around a shore
And -- each night and day I pray, in hope
That I might find you, in hope that I might
Find you, because hearts can do no more
It always ends up to one thing honey, still I kneel upon the floor
How can I tell you that I love you, I love you
But I cant think of right words to say
I long to tell you that Im always thinking of you
Im always thinking of you....
It always ends up to one thing honey
And I cant think of right words to say.


Muy bonita canción de Cat Stevens, aunque dice que no sabe las palabras apropiadas, nos las sugiere todas.

A veces, demasiadas veces, se buscan las palabras apropiadas y no las encontramos. Pero, en el fondo, es bonito tratar de hallarlas cuando uno desea expresarle a alguien lo que siente. En cambio, cuando te das cuenta de que no las quieren oír, entonces, no existen las palabras, dejan de tener sentido...sobran. En este caso, la pregunta más bien debería ser: ¿cómo puedo no decirte?, ¿cómo puedo guardarme para mí lo que siento?, ¿cómo puedo dejar de sentirlo?

jueves, 4 de junio de 2009

¿Y ahora qué?


A punto de terminar el primer capítulo de mi recién estrenada nueva vida, vuelven las preguntas, la incertidumbre, en definitiva, el miedo al "¿y ahora qué?", reflexión que se está conviertiendo ya en costumbre.

Odio esa sensación, tan conocida por mí,  de tener que cerrarle las puertas a  experiencias que me han aportado grandes satisfacciones. Pero, como era de esperar, todo lo vivido permanece en forma de recuerdos. Un nuevo lugar que recoger en el libro de mis vivencias ya está a punto de formar parte de mi ayer. Es triste, muy triste, que algo se acabe y, más aún, ser consciente de ello. 

Hace unos meses estaba muy perdida, me sentía víctima de un destino desconocido en un lugar realmente inhóspito. Pero ese lugar poco a poco me ha ido dejando un nuevo hogar que ahora siento perder. He vivido experiencias semejantes, pero de pocas he aprendido tantas cosas de mí misma como en esta última que ya está próxima a  expirar. Es difícil empezar en un sitio que no has escogido y llegar a él sola, sin que nada ni nadie te espere. Pero es bonito saber que de cualquier experiencia, incluso de aquellas que no has planeado, uno siempre gana más de lo que pierde, aunque al principio ni te lo imagines. 

Ésta es mi historia, la de alguien que ha aprendido a aferrarse a  los pequeños detalles que hacen que la vida valga la pena, aún en situaciones que me ha tocado vivir sin yo desearlo. Y es que ahora sé que soy de esa parte del mundo que no se siente de ningún lado y sí de todos. Ahora pienso que todo lo que  he vivido forma parte de mí, de eso que soy yo y me identifica y sin lo que no sería la que soy. Indudablemente, he aprendido que al final de cada viaje en la vida siempre queda nuestro rastro y que no podemos privarnos de lo que cualquier experiencia nos aporte, porque entonces sentiremos que hemos vivido en la más absoluta nada. 

Me siento afortunada de saber valorar todo lo que encuentro a mi paso, de lo que descubro, de lo que me sorprende. Y no pienso dejar de buscarlo, añorando lo que he vivido antes. Cada día, cada rincón, cada persona me enriquecen más y más. Y aunque me aleje, me quedará la alegría de saber que he estado allí y que he sido feliz. 





       ÍTACA.

Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca

debes rogar que el viaje sea largo,

lleno de peripecias, lleno de experiencias.

No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,

ni la cólera del airado Posidón.

Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta

si tu pensamiento es elevado, si una exquisita

emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.

Los lestrigones y los cíclopes

y el feroz Posidón no podrán encontrarte

si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,

si tu alma no los conjura ante ti.

Debes rogar que el viaje sea largo,

que sean muchos los días de verano;

que te vean arribar con gozo, alegremente,

a puertos que tú antes ignorabas.

Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,

y comprar unas bellas mercancías:

madreperlas, coral, ébano, y ámbar,

y perfumes placenteros de mil clases.

Acude a muchas ciudades del Egipto

para aprender, y aprender de quienes saben.

Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:

llegar allí, he aquí tu destino.

Mas no hagas con prisas tu camino;

mejor será que dure muchos años,

y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,

rico de cuanto habrás ganado en el camino.

No has de esperar que Ítaca te enriquezca:

Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.

Sin ellas, jamás habrías partido;

mas no tiene otra cosa que ofrecerte.

Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.

Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,

sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.

                    ( Konstantino Kavafis)



domingo, 5 de abril de 2009

De lo que esperamos y lo que dejamos pasar...



Los días van y vienen de forma vertiginosa y yo veo pasar el tiempo casi sin darme cuenta del sabor de la vida. Cada día caminamos con la ilusión de que algo diferente nos aguarda en el camino, pero esperando a que llegue,muchas veces la vida puede sorprenderte en cualquier rincón, en un paisaje, en un libro, en una canción...circustancias en las que no percibimos los momentos de felicidad que vivimos.

Con frecuencia confundimos la felicidad con alcanzar aquellos estados que el ser humano se ha fijado como vitales, tales como la estabilidad profesional o sentimental, y centrados en conseguir el amor de la persona a la que se ama, el trabajo de tus sueños o la casa de tu vida, etc., nos olvidamos de aquellos pequeños instantes que, como las estrellas fugaces, pasan volando y ni te das cuenta de que se desvanecen allí donde no puedes llegar. Y es así, si no estás atento, simplemente pasan inadvertidos,inexistentes.

Ésta es una reflexión que no hago ahora,que no estoy haciendo esta noche, sino que siempre la tengo en el pensamiento y que a menudo me atraviesa por dentro hasta hacerme daño. Pero a veces, muchas veces, aun siendo consciente de esa pérdida, no miro más allá de todo lo que sueño con llegar a hacer y que sé que está por venir,esperándolo con excesiva impaciencia sin valorar aquellas otras cosas que están ahí, alcanzables, cotidianas, pero-si las observamos detenidamente- tan tan vivas y llenas de color. Yo sé que me pierdo en la ansiada búsqueda de felicidad que el hombre se ha inventado para creer en ese mañana mejor, ese lugar en que no hay espacio para la tristeza y el sufrimiento... Pero no es verdad,esa isla en medio del mar no es real,no existe; no arribamos a ella después de un tiempo luchando para vivirla. La felicidad está en todas partes, viva, respirando en cada gesto,rezumando en cada palabra, y maldita sea, no sé por qué no la vemos u oímos...pero está ahí cada día esperando a que advirtamos su presencia. Cuántas veces he creído habitar en el lado contrario, el de la infelicidad, llorando porque no me han querido como yo a otros, lamentando no haber alcanzado la meta que me propuse,o bien, despreciando todo lo que no pasa como yo hubiera querido. Si algo he aprendido últimamente es a no esperar y esperar el mañana, a no soñar con mares cuyas aguas no hallo en ningún mapa, a no vivir pendiente, cual Penélope, del regreso de un amor perdido...a no temer que se derrumbe el mundo cuando el destino se me ponga en contra. Así he aprendido a ser feliz, no esperando nada del más allá y arrancando de cualquier rincón la luz con la que poder iluminar la oscuridad que nos hace perder cada destello de felicidad.

Aquí os dejo una historia que trata esta idea que me anda surcándome los mares del alma.

Historia de un Náugrago

Hace ya siete meses, tres días y dos horas
naufragué en esta isla que no está en ningún mapa.
La primera semana lloré como un muchacho
asustado y el miedo vino a vivir conmigo.
Luego maldije a Dios los quince días siguientes.
Y me pasé tres días sin agua ni comida.
Los siguientes dos meses he añorado tu cuerpo
y soñado con el tibio roce de las sábanas.
Cada noche encendía hogueras en los montes
pendiente de que un barco pasara por delante
de esta isla maldita . Y en la playa he dejado
mensajes de socorro pidiendo que vinieras.
Arrojé cien botellas con mensajes urgentes.
Y durante tres meses aprendí que la vida
es un cangrejo, un fruto, el agua del torrente,
el sol que cada tarde pinta de rojo el agua.
Ya no siento temores. Recuerdo vagamente
que más allá del mar hay fusiles y espadas
y hombres que maldicen haber nacido un día.
Y que aquel mundo era una isla de monstruos.
Ayer me desperté cantando sin que nadie
me dijera: “Estás loco ¿A qué tanta alegría?”
Y cada tarde escribo en la arena unos versos
que borran las mareas y que de nuevo escribo.
Hoy he visto pasar un barco no muy lejos.
He apagado raudo la luz de las hogueras
y he borrado todos los mensajes de auxilio.
Afortunadamente el buque ha pasado de largo.
(Ismael Serrano)

viernes, 16 de enero de 2009

Recordando a un gran poeta

"Se diría que aquí no pasa nada, / pero un silencio súbito ilumina el prodigio: / ha pasado / un ángel / que se llamaba luz, o fuego, o vida, / y lo perdimos para siempre".

Hace un año el destino puso punto final a la vida de uno de los grandes poetas de la Generación del 50 o del llamado “Realismo Social”. Ángel González, sin duda, uno de los poetas más conocidos de nuestra literatura allende los mares, fue un hombre cuya sensibilidad para con su realidad ha dado magníficos versos para el recuerdo y la historia de nuestro país. El Poeta, catedrático y ensayista español nació en Oviedo en 1922.Dueño de una poesía humanamente comprometida, teñida de fina ironía y humor, su infancia estuvo marcada por la sombra de la guerra civil y por la muerte prematura de su padre cuando él apenas contaba dos años. Precisamente será en la biblioteca que su padre dejara -como un tesoro familiar- donde hace sus primeras lecturas, aunque es en un pueblo de la montaña leonesa, donde, convaleciente de una profunda afección pulmonar, siente la llamada de la poesía y escribe sus primeros versos. La experiencia de la guerra aparecerá en su primer libro, Aspero mundo (1956) y con el que obtendría un accésit del Premio Adonáis. En él se ordenan una serie de vivencias originadas por el trauma de la guerra civil española reflejadas en la contraposición de dos mundos irreconciliables: el de la infancia, sensación casi nube y la cruel realidad, de duros y agrios perfiles. A partir de entonces, su posición ante el mundo se torna más clara y militante. Al escribir en 1961 Sin esperanza, con convencimiento, incluye ya un análisis social de las causas de la derrota y pasa a ser clasificado claramente en el grupo de los poetas sociales. Angel González abandona más adelante esta actitud para dedicarse a una poesía en la que testimonia su propia experiencia de la realidad y donde hay una preocupación por la palabra en sí misma, por la expresión justa, precisa, casi imprescindible. El paso del tiempo, la temática amorosa y cívica, son tres obsesiones que se repiten a lo largo y ancho de sus poemas. Su tercer libro, Grado elemental (1962), fue galardonado en Colliure con el Premio -Antonio Machado-, poeta al que Angel González admiró profundamente. Palabra sobre palabra (1965), Tratado de urbanismo (1967), Breves acotaciones para una biografía (1971), Procedimientos narrativos (1972), Muestra de algunos procedimientos narrativos y de las actitudes sentimentales que habitualmente comportan (1976) y Prosemas o menos (1984) son otros de sus libros. Su obra completa, en la que incluye poemas inéditos, ha sido publicada en tres ocasiones, la última de ellas en 1986, y siempre con el título de Palabra sobre palabra. Es asimismo autor de diversos estudios poéticos sobre Juan Ramón Jiménez (1973), el Grupo poético de 1927 (1976), Gabriel Celaya (1977) y Antonio Machado (1979). Angel González fue maestro nacional, licenciado en Derecho por la Universidad de Oviedo y periodista por la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid. Trabajó también en el Ministerio de Obras Públicas, de donde fue funcionario en excedencia. En sus últimos años enseñó Literatura Española Contemporánea en la Universidad de Alburquerque (Estados Unidos) y profesor visitante de las de Nuevo México, Utah, Maryland y Texas.

Hace un año que dijimos adiós a este poeta de la libertad y el compromiso, pero a través de su poesía seguirá vivo en nuestro recuerdo.

CARTA SIN DESPEDIDA

A veces,
mi egoísmo
me llena de maldad,
y te odio casi
hasta hacerme daño
a mí mismo:
son los celos, la envidia,
el asco
al hombre, mi semejante
aborrecible, como yo
corrompido y sin
remedio,
mi querido
hermano y parigual en la
desgracia.
A veces -o mejor dicho:
casi nunca-,
te odio tanto que te veo
distinta.
Ni en corazón ni en alma
te pareces
a la que amaba sólo
hace un instante,
y hasta tu cuerpo cambia
y es más bello
-quizá por imposible
y por lejano-.
Pero el odio también me
modifica
a mí mismo,
y cuando quiero darme
cuenta
soy otro
que no odia, que ama
a esa desconocida cuyo
nombre es el tuyo,
que lleva tu apellido,
y tiene,
igual que tú,
el cabello largo.
Cuando sonríes,
yo te reconozco,
identifico tu perfil
primero,
y vuelvo a verte,
al fin,
tal como eras, como
sigues
siendo,
como serás ya siempre,
mientras te ame.


¿CÓMO SERÉ...

¿Cómo seré yo
cuando no sea yo?
Cuando el tiempo
haya modificado mi estructura,
y mi cuerpo sea otro,
otra mi sangre,
otros mis ojos y otros mis cabellos.
Pensaré en ti, tal vez.
Seguramente,
mis sucesivos cuerpos
-prolongándome, vivo, hacia la muerte-
se pasarán de mano en mano
de corazón a corazón,
de carne a carne,
el elemento misterioso
que determina mi tristeza
cuando te vas,
que me impulsa a buscarte ciegamente,
que me lleva a tu lado
sin remedio:
lo que la gente llama amor, en suma.

Y los ojos
-qué importa que no sean estos ojos-
te seguirán a donde vayas, fieles.


ME BASTA ASÍ

Si yo fuera Dios
y tuviese el secreto,
haría
un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
-de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso;
entonces,
si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día,
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando -luego- callas...
Escucho tu silencio.
Oigo
constelaciones: existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta.


MIENTRAS TÚ EXISTAS

Mientras tú existas,
mientras mi mirada
te busque más allá de las colinas,
mientras nada
me llene el corazón,
si no es tu imagen, y haya
una remota posibilidad de que estés viva
en algún sitio, iluminada
por una luz cualquiera...

Mientras yo presienta que eres y te llamas
así, con ese nombre tuyo
tan pequeño,
seguiré como ahora, amada
mía,
transido de distancia,
bajo ese amor que crece y no se muere,
bajo ese amor que sigue y nunca acaba.


OTRAS VECES

Quisiera estar en otra parte,
mejor en otra piel,
y averiguar si desde allí la vida,
por las ventanas de otros ojos,
se ve así de grotesca algunas tardes.

Me gustaría mucho conocer
el efecto abrasivo del tiempo en otras vísceras,
comprobar si el pasado
impregna los tejidos del mismo zumo acre,
si todos los recuerdos en todas las memorias
desprenden este olor
a fruta madura mustia y a jazmín podrido.

Desearía mirarme
con las pupilas duras de aquel que más me odia,
para que así el desprecio
destruya los despojos
de todo lo que nunca enterrará el olvido.

TODOS USTEDES PARECEN FELICES...

...Y sonríen, a veces, cuando hablan.
Y se dicen , incluso,
palabras
de amor. Pero
se aman
de dos en dos
para
odiar de mil
en mil. Y guardan
toneladas de asco
por cada
milímetro de dicha.
Y parecen -nada
más que parecen- felices,
y hablan
con el fin de ocultar esa amargura
inevitable, y cuántas
veces no lo consiguen, como
no puedo yo ocultarla
por más tiempo; esta
desesperante, estéril, larga
ciega desolación por cualquier cosa
que -hacia donde no sé-, lenta, me arrastra.



GRACIAS ÁNGEL POR ENSEÑARME A AMAR LA POESÍA.

Sobre la enseñanza pública

Artículo de Arturo Pérez-Reverte publicado en XL-Semanal.



Cuadrilla de golfos apandadores, unos y otros.

Refraneros casticistas analfabetos de la derecha. Demagogos iletrados de la izquierda. Presidente de este Gobierno. Ex presidente del otro. Jefe de la patética oposición. Secretarios generales de partidos nacionales o de partidos autonómicos. Ministros y ex ministros –aquí matizaré ministros y ministras– de Educación y Cultura. Consejeros varios. Etcétera.



No quiero que acabe el mes sin mentaros –el tuteo es deliberado– a la madre. Y me refiero a la madre de todos cuantos habéis tenido en vuestras manos infames la enseñanza pública en los últimos veinte o treinta años. De cuantos hacéis posible que este autocomplaciente país de mierda sea un país de más mierda todavía.



De vosotros, torpes irresponsables, que extirpasteis de las aulas el latín, el griego, la Historia, la Literatura, la Geografía, el análisis inteligente, la capacidad de leer y por tanto de comprender el mundo, ciencias incluidas. De quienes, por incompetencia y desvergüenza, sois culpables de que España figure entre los países más incultos de Europa, nuestros jóvenes carezcan de comprensión lectora, los colegios privados se distancien cada vez más de los públicos en calidad de enseñanza, y los alumnos estén por debajo de la media en todas las materias evaluadas.



Pero lo peor no es eso. Lo que me hace hervir la sangre es vuestra arrogante impunidad, vuestra ausencia de autocrítica y vuestra cateta contumacia. Aquí, como de costumbre, nadie asume la culpa de nada. Hace menos de un mes, al publicarse los desoladores datos del informe Pisa 2006, a los meapilas del Pepé les faltó tiempo para echar la culpa de todo a la Logse de Maravall y Solana –que, es cierto, deberían ser ahorcados tras un juicio de Nuremberg cultural–, pasando por alto que durante dos legislaturas, o sea, ocho años de posterior gobierno, el amigo Ansar y sus secuaces se estuvieron tocando literalmente la flor en materia de Educación, destrozando la enseñanza pública en beneficio de la privada y permitiendo, a cambio de pasteleo electoral, que cada cacique de pueblo hiciera su negocio en diecisiete sistemas educativos distintos, ajenos unos a otros, con efectos devastadores en el País Vasco y Cataluña.



Y en cuanto al Pesoe que ahora nos conduce a la Arcadia feliz, ahí están las reacciones oficiales, con una consejera de Educación de la Junta de Andalucía, por ejemplo, que tras veinte años de gobierno ininterrumpido en su feudo, donde la cultura roza el subdesarrollo, tiene la desfachatez de cargarle el muerto al «retraso histórico». O una ministra de Educación, la señora Cabrera, capaz de afirmar impávida que los datos están fuera de contexto, que los alumnos españoles funcionan de maravilla, que «el sistema educativo español no sólo lo hace bien, sino que lo hace muy bien» y que éste no ha fracasado porque «es capaz de responder a los retos que tiene la sociedad», entre ellos el de que «los jóvenes tienen su propio lenguaje: el chat y el sms». Con dos cojones.



Pero lo mejor ha sido lo tuyo, presidente –recuérdame que te lo comente la próxima vez que vayas a hacerte una foto a la Real Academia Española–. Deslumbrante, lo juro, eso de que «lo que más determina la educación de cada generación es la educación de sus padres», aunque tampoco estuvo mal lo de «hemos tenido muchas generaciones en España con un bajo rendimiento educativo, fruto del país que tenemos» .
Dicho de otro modo, lumbrera: que después de dos mil años de Hispania grecorromana, de Quintiliano a Miguel Delibes pasando por Cervantes, Quevedo, Galdós, Clarín o Machado, la gente buena, la culta, la preparada, la que por fin va a sacar a España del hoyo, vendrá en los próximos años, al fin, gracias a futuros padres felizmente formados por tus ministros y ministras, tus Loes, tus educaciones para la ciudadanía, tu género y génera, tus pedagogos cantamañanas, tu falta de autoridad en las aulas, tu igualitarismo escolar en la mediocridad y falta de incentivo al esfuerzo, tus universitarios apáticos y tus alumnos de cuatro suspensos y tira p'alante.
Pues la culpa de que ahora la cosa ande chunga, la causa de tanto disparate, descoordinación, confusión y agrafía, no la tenéis los políticos culturalmente planos. Niet. La tiene el bajo rendimiento educativo de Ortega y Gasset, Unamuno, Cajal, Menéndez Pidal, Manuel Seco, Julián Marías o Gregorio Salvador, o el de la gente que estudió bajo el franquismo: Juan Marsé, Muñoz Molina, Carmen Iglesias, José Manuel Sánchez Ron, Ignacio Bosque, Margarita Salas, Luis Mateo Díez, Álvaro Pombo, Francisco Rico y algunos otros analfabetos, padres o no, entre los que generacionalmente me incluyo.
Qué miedo me dais algunos, rediós. En serio. Cuánto más peligro tiene un imbécil, que un malvado.

Los políticos deberían comprometerse en sus programas electorales a llevar a sus hijos a un colegio público.