El país publica a fecha de hoy, 12 de noviembre de 2008, la triste noticia de que "Luis García Montero pone fin a su vida universitaria tras 27 años". En efecto, señores, digo triste, y así lo siento desde lo más hondo de mi corazón. La universidad de Granada, y en concreto, la Facultad de Filosofía y Letras, pierde así a uno de sus más insignes y comprometidos miembros. Yo, como tantos otros, fui alumna del maestro, uno de los mejores poetas vivos de nuestro país; el hecho de conocer hoy esta noticia me ha llenado de tristeza e impotencia, al ver que uno de los mejores profesores de mi vida académica ha sido condenado por injurias a otro de los docentes de dicha institución.
El ganador de los más prestigiosos premios del panorama literario actual, ha reconocido en múltiples ocasiones que escribió un artículo en contra de su colega por el "dogmatismo y sectarismo generados entre los alumnos debido a las manifestaciones que hacía en clase", algo, que como estudiante que fui de aquellas aulas, puedo afirmar sin el más mínimo titubeo. Conocedora fui de la pólémica entre ambos profesores, y, no precisamente por el que fue mi profesor, sino por otra gente a la que el acusante daba clases. Por supuesto que decía que García Lorca era un fascista y ridiculizaba a García Montero y a toda su familia en sus clases-cosa que el señor Fortes ha negado ante el juez Torres para defenderse y resultar ganador de la querella impuesta por él mismo-; como era de esperar, contrario a todo ello se manifiesta en el citado artículo el poeta García Montero, donde limpiaba el nombre de los también granadinos García Lorca y Francisco Ayala y eximía sus culpas de haber sido el causante del suicidio de su amigo y poeta Javier Egea, llegando al extremo de referirse al tal Fortes como un "profesor perturbado". El juez Torres apuntaba en el fallo del juicio que "el señor García Montero está perfectamente legitimado para criticar las clases y las ideas de Fortes, para defender la imagen de Lorca y Ayala y para mostrar su abierto desacuerdo con su compañero de departamento. Por supuesto puede aprovechar sus artículos en El País para defenderse a su vez de los ataques y críticas a él mismo y su familia por parte del profesor Fortes, pero lo que no puede es recurrir al insulto y a la descalificación gratuita".
Está claro que García Montero insulta en su artículo a su compañero de departamento, y no lo aprobamos, pero que el profesor Fortes siga con su labor docente denigrando por doquier la figura de personas que han luchado por alcanzar y mantener el símbolo más preciado de nuestra sociedad democrática, es algo que considero mucho más alarmante y conveniente de poner sobreaviso a la comunidad universitaria.
Es una pena que Luis García Montero haya decidido abandonar la universidad, pero desde estas líneas comprendo y apoyo su decisión, yo también renunciaría a trabajar en dicha institución, si me hubiera visto en la misma situación. ¿Cómo creen que va a tolerar la presencia de alguien que lo ha acusasado de injurias, cuando él es el que lleva años ultrajando a toda su familia y a otros intelectuales por los que tantas y tantas personas sentimos una gran veneración y admiración?
Por todo lo expuesto, yo también me sumo a la gran cantidad de comentarios que ahora mismo están sacudiendo los medios en defensa del acusado, expresando mi disconformidad y repulsa hacia los acontecimientos. Me da mucha tristeza pensar que no habrán más estudiantes que puedan disfrutar de esas clases que nos hacían felices a tantas personas, que, como yo, sienten la poesía como parte esencial de sus vidas, algo que sin duda yo aprendi de este gran poeta, que día a día lucha por hacer de este mundo un lugar más justo y digno para todos, auque haya quien diga lo contrario.
Siempre nos quedará su poesía, esa que nos hace sentir especiales, que llena nuestros vacíos, que nos hace creer que la literatura cobra una nueva sentimentalidad al hacernos pasar del yo al nosotros de la forma más honda y humana.
Manifiesto en apoyo de Luis García Montero (ideal.es Granada)
El catedrático de la Universidad de Granada, Luis García Montero, ha sido condenado por injurias graves a un profesor de su mismo departamento que viene sosteniendo, desde hace años, que Lorca era un fascista asesinado por los suyos y que Ayala fue valedor del fascismo. El condenado, ha decidido no recurrir la sentencia y abandonar de manera definitiva su docencia en la Universidad de Granada.
Luis García Montero, dijo que la Universidad de Granada tenía un problema, el de ese profesor disparatado que somete a sus alumnos a un adoctrinamiento insensato. Ahora, la Universidad de Granada tiene dos problemas: ese presunto profesor, cuenta con un incomprensible refrendo judicial para seguir propalando sus felonías, mientras la Universidad pierde a uno de sus mejores profesores. Enhorabuena.
Todos nosotros, profesores, alumnos y ciudadanos, nos sentimos condenados por esa misma sentencia y queremos hacer público nuestro refrendo a la fecunda trayectoria del catedrático Luis García Montero, al valor de su magisterio y a su contrastada defensa de la dignidad de las personas y las instituciones libres. Perdemos a alguien muy valioso y nos quedamos con lo que hay. Y no sabemos callarnos.
Benjamín Prado, Miguel Ángel Aguilar, Miguel Ríos, Mariano Maresca, Juan Vida, Caballero Bonald y Joaquín Sabina.
miércoles, 12 de noviembre de 2008
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2 comentarios:
Diario de Cádiz
Ocio y Cultura
Más de 4.000 firmas a favor de Luis García Montero.
La plataforma de apoyo al poeta y catedrático espera superar las 5.000 estos días.
Europa Press / Granada |
La plataforma de apoyo al poeta y catedrático de Literatura en la Universidad de Granada (UGR) Luis García Montero, que abandonará la institución académica tras ser condenado por injurias graves con publicidad a su compañero de departamento José Antonio Fortes, alcanzó ayer las 4.000 adhesiones y espera superar con creces las 5.000 a lo largo del fin de semana.
Según informó el Festival Internacional de Poesía Ciudad de Granada, se siguen registrando varias incorporaciones por minuto en la web del festivalwww.fipgranada.com, que ha superado ya las 22.000 visitas. Desde la página se puede consultar y suscribir el manifiesto contra la sentencia condenatoria y en apoyo al poeta.
Entre los últimos firmantes se encuentran Ana Belén y Víctor Manuel, Ernesto Cardenal, Antonio Muñoz Molina, Elvira Lindo, Luis Landero, Laura García Lorca, Sergio Ramírez, nombres que se suman a los de Benjamín Prado, Juan Cruz, Enrique Morente, Joaquín Sabina, Miguel Ríos, Miguel Ángel Aguilar, Juan Gelman o Caballero Bonald, entre otros.
En el escrito, que fue leído en la primera clase que impartió García Montero tras la condena, se señala que la UGR tiene dos problemas: "ese presunto profesor -Fortes- cuenta con un incomprensible refrendo judicial para seguir propagando sus felonías, mientras la Universidad pierde a uno de sus mejores profesores".
"Todos nosotros, profesores, alumnos y ciudadanos, nos sentimos condenados por esa misma sentencia y queremos hacer público nuestro refrendo a la fecunda trayectoria del catedrático Luis García Montero, al valor de su magisterio y a su contrastada defensa de la dignidad de las personas y las instituciones libres. Perdemos a alguien muy valioso y nos quedamos con lo que hay. Y no sabemos callarnos", consta en el manifiesto, que pueden suscribir las personas que lo deseen enviando un correo electrónico con nombre y DNI a apoyoaluisgarciamontero@gmail.com.
El próximo miércoles se realizará el primer acto de apoyo a García Montero en La Tertulia, el bar en el que comenzó el movimiento de La Otra Sentimentalidad en los años 80.
Añado esta carta al director del periódico Ideal, un ejemplo más de las tantas y tantas muestras de cariño dedicadas a uno de los grandes hombres de nuestra actualidad, en uno de los más tristes momentos de su vida.
14.11.2008 - Susana Rodríguez Moreno.
Sr. Director de IDEAL:
Como alumna que fui (Filología Hispánica, Promoción 1989-1994) puedo hablar de los profesores que tuve con la perspectiva que da el tiempo. Luis García Montero fue uno de los más rigurosos, honestos y trabajadores que tuvimos. Fue una suerte porque nos abrió una nueva ventana al mundo, a un mundo donde las verdades absolutas no existían y donde se aprendía Literatura y se opinaba con entera libertad de los textos. Aquello era aprender. Puntual, creo que nunca faltó a clase, preparaba a conciencia sus clases, mientras terminaba un nuevo libro de poemas ('Las flores del frío') o un ensayo. Incansable por el entusiasmo, su truco consistía en robarle horas al sueño. Recuerdo el aula llena a las cuatro de la tarde, siempre, y el poema que nos leía al final para acercarnos a un poeta desconocido entonces para nosotros. No nos imponía bibliografía pues respetaba el enfoque que cada alumno le daba al comentario, por ejemplo. Ahora soy profesora y cuando explico el grupo poético al que pertenece me vuelve siempre ese sentimiento de honestidad del buen profesor y la personalidad de su poesía. Luis García Montero se ha ido haciendo grande a base de trabajar en lo que le gusta y de repasar un verso mil veces en su cabeza, como él mismo ha escrito. Su nombre cruza ya las fronteras de España. Y eso los mediocres no lo perdonan.
La infamia, la injuria duelen. Durante aquellos años fuimos testigos de la mala relación entre algunos profesores del Departamento de Lengua y Literatura (pero nunca en las clases de García Montero). Estupefactos, dejábamos pasar la clase oyendo opiniones sobre la vida privada de algunos profesores, opiniones sin ningún rigor filológico sobre distintos escritores Y no hicimos nada.
Tuvimos al profesor Fortes el último año. Vino a sustituir al profesor que nos habían asignado, el cual estaba de baja. De Fortes no recuerdo haber aprendido nada de lo que venía en el programa, salvo su opinión ofensiva sobre autores contemporáneos. Y no hicimos nada. En clase de Lengua otro profesor nos informó del motivo de la baja médica del profesor de Literatura Hispanoamericana al que vino a 'sustituir' Fortes, mofándose de dicha enfermedad y asegurando que todo era una farsa. ¿Y aquello era dar clase? Era un despropósito. Luego las críticas hacia la persona del profesor García Montero llenaron de artículos este periódico. Y siempre la sospecha, la difamación sobre él. En mi opinión, la más cruel la que se le relaciona con la muerte de su amigo Javier Egea, a quien tuve el honor de conocer y a quien Luis quiso y ayudó tanto. Me he imaginado hoy a Javier Egea, exquisito poeta, excelente persona, con esa media sonrisa suya, la sonrisa más triste por el amigo que hoy sufre y que se va de las aulas.
Al profesor García Montero quiero decirle gracias, maestro.
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